Tuesday, January 25, 2005

Sunday, January 23, 2005

No sólo Auschwitz


W. G. Sebald

23-01-05:

En su libro Sobre la historia natural de la destrucción (Anagrama, Barcelona, 2003) Sebald se adentra en el tema de una omisión infame: el silencio que la cultura alemana (no sólo alemana) ha guardado (con excepciones importantes, desde luego) sobre la inmensa devastación de que fueron objeto muchas ciudades de su país, por parte de los Aliados durante la segunda guerra mundial.

El próximo 27 de enero se cumplirán 60 años de la liberación de Auschwitz. En un anterior post (valga el oximoron) lo estuve recordando. Las páginas de diversas revistas se ocupan ahora extensamente sobre el tema. Una de ellas, Le magazine littéraire, le dedica un dossier, a propósito de la abundante literatura escrita después de Auschwitz, a pesar de la famosa frase de Adorno. En fin, podemos llenar estantes enteros sobre esa ignominia del siglo XX. Y está bien que así sea. Pero no debemos olvidar otras destrucciones, otros exterminios. Copio un párrafo de Sebald:

"...de fuentes oficiales se desprende que sólo la Royal Air Force arrojó un millón de toneladas de bombas sobre el territorio enemigo, que de las 131 ciudades atacadas, en parte sólo una vez y en parte repetidas veces, algunas quedaron casi totalmente arrasadas, que unos 600.000 civiles fueron víctimas de la guerra aérea en Alemania, que tres millones y medio de viviendas fueron destruidas, que al terminar la guerra había siete millones y medio de personas sin hogar, que a cada habitante de Colonia le correspondieron 31,4 metros cúbicos de escombros, y a cada uno de Dresde 42,8..., pero qué significaba realmente todo ello no lo sabemos. Aquella aniquilación hasta entonces sin precedente en la Historia pasó a los anales de la nueva nación que se reconstruía sólo en forma de vagas generalizaciones..."

Sebald pasó su infancia y su juventud en una comarca ubicada en el borde septentrional de los Alpes, fuera del alcance de las operaciones bélicas. Cuando concluyó la guerra tenía apenas un año. No tiene entonces impresiones directas de la aniquilación y de sus efectos inmediatos. Pero sí pudo escribir lo siguiente:

Hoy sé que entonces, cuando estaba en el balcón de la casa de Seefeld, echado en el llamado moisés y miraba parpadeando el cielo blanquiazul, por toda Europa había nubes de humo en el aire, sobre los campos de batalla de la retaguardia en el Este y el Oeste, sobr las ruinas de las ciudades alemanas y sobre los campos de concentración donde se quemaba a los innumerables de Berlín y Frankfurt, de wuppertal y Viena, de Würzburg y Kissingen, de Hilversum y la Haya, Naumur y Thionville, Lyon y Burdeos, Cracova y Lodz, Szeged y Sarajevo, Salónica y Rodas, Ferrara y Venecia..., apenas un lugar de Europa desde el que no se deportara a alguien a la muerte...".

Sebald da un dato literario interesante sobre la referida desmemoria: a finales de los cuarenta Heinrich Böll escribió una novela titulada El ángel callaba que no pudo publicarse sino casi cincuenta años después. Dice Sebald que ese libro era el único que "daba una idea aproximada de la profundidad del espanto que amenazaba apoderarse entonces de todo el que verdaderamente mirase las ruinas que lo rodeaban".




Saturday, January 22, 2005

Concierto de perro para piano y tos


Glenn Gould y Nicky en el piano

22-01-05:

Debo a la conjunción de un ajoblanco y de un préstamo de libros el descubrimiento de Margo Glantz. El hecho ocurrió en Mérida, hará unos ocho años. Julio Miranda me había invitado a su casa para hablar de literatura y soñar con una revista que haríamos a cuatro manos. Julio se demoraba en la preparación del ajoblanco, mientras hacía divertidos comentarios sobre los muchos libros que yo le había prestado. Fue entonces cuando se le ocurrió que debía llevarme de su biblioteca (no en préstamo, sino de regalo) varios volúmenes. De ese modo, él ganaría espacio para sus libros y yo daría alivio a los males de bibliópata que el mismo Julio comenzaba por ese tiempo a atribuirme con evidente injusticia. Bajó varios títulos y uno de ellos cayó al suelo. Lo recogí. Eran las "Apariciones", de Margo Glantz, a quien desconocía por completo. "Llévate ese también", me dijo Julio. Y eso hice, junto con unos quince libros más. El ajoblanco resultó deliciosamente memorable y del proyecto de revista nada quedó en claro, salvo que llamaríamos también a Silda Cordoliani. Ya en el apartamento de mi hija revisé los volúmenes que Julio me había dado. Empecé por el de Margo Glantz y me percaté de que tenía una dedicatoria de la autora: "Para Julito, déspués de un gran silencio, pero con el mismo cariño. Margo. 10-3-96". Lo leí con voracidad, con placer, casi con lujuria. Desde esa ocasión busco todo lo que Margo Glantz escribe. Me gusta. Por eso hoy quiero compartir este texto que une a Margo Glantz con otra de mis predilecciones: Glenn Gould. Lo copio:

"Número de serie

El célebre pianista Glenn Gould tenía predilección por un piano en particular, el instrumento en el que aprendió a tocar, un Chickering de 1894: nostálgico, toda su vida había tratado de encontrar un piano parecido, como quienes, cuando niños, han amado un perro para el cual jamás han encontrado un sustituto.

De repente, tropieza con un Steinway, número de serie 174.

Una vez que se ha acostumbrado a él, el piano se pone a toser, como tose Gould; su quejido se acopla exactamente al suyo, un tarareo que interrumpe la limpidez de las obras de Bach grabadas e interpretadas como si fueran el término absoluto de la perfección.

En una fotografía antigua aparece Glenn con las manos colocadas sobre su primer piano: a su lado y con las patas delanteras sobre el teclado, su perro Nicky".

(Margo Glantz, Premio Nacional de Literatura de México, 2004)

Thursday, January 20, 2005

Soto y su donaire


Jesús Soto

Ha muerto Jesús Soto.

Que el canto de la dulce Filomela lo acompañe siempre.

Monday, January 17, 2005

Una advocación de la diosa ambarina


Gene Tierney

17-01-05:

Busqué una imagen con la intención de copiarla en esta página. Revisé uno de mis archivos y se me apareció la diosa ambarina. Esta vez es una diosa terrible del cine de los cuarenta.

Es, ¡dios mío! la implacable belleza de Gene Tierney.

Sunday, January 16, 2005

Martínez Rivas y la caballería


Carlos Martínez Rivas

16-01-05:

En otro blog (www.frentealmarrojo.blogspot.com) se menciona hoy al poeta Carlos Martínez Rivas, un solitario insurrecto, un poeta para lecturas cómplices.

Como cervantinos estamos (a pesar de que comemos), copio dos fragmentos de un tríptico de Martínez Rivas, que me sirven para traer su nombre a esta fiesta del Quijote cumpleañero:

Don Miguel de Cervantes advierte
que caballeros pueden a veces
degenerar en caballería.

Cuando no se realiza el Centauro
y la antigua fusión no se logra,
el hombre no reasume al caballo
ni éste se reconcilia en el hombre.
Y ya queda el mito borrado.

(...)

En Granada de Nicaragua,
los jinetes están de fiesta.
!Por fin volver a caballejear!
Aunque sea sólo por un día.

(Carlos Martínez Rivas, Tríptico)


El Quijote y los gigantes

La ingeniosa hidalguía de Cervantes

16-01-05:

Un domingo, como hoy, comencé a leer el Quijote. Fue en mi casa de la 17. ¿Año 63? ¿64? No alcanzo a precisarlo. Una ráfaga de imágenes extrañas se me impuso de inmediato. Yo no encontraba qué hacer con aquel personaje que me desconcertaba tanto. "Es que no me hallo", pude haber dicho para dar cuenta de cierta desazón. Interrumpí la lectura poco después de los molinos de viento. Pasaron meses. Tres años, quizá. Volví a sus páginas un día y avancé un poco más. Releí. Salté capítulos. Busqué episodios referidos por autores que habían escrito sobre el libro. Y lo seguí leyendo a saltos, hasta que el Quijote, poco a poco, me fue llevando a mi destino: leerlo siempre, no terminarlo nunca, tomarlo como un rompecabezas, abrirlo al azar y consultarlo, hacerle visitas esporádicas, pero siempre con alegría, buscando su gracia infinita, su delicioso humor, su aventura eterna. Cada vez que abro sus páginas regreso a mi casa de la 17 y me tiendo en la perezosa para asombrarme de nuevo con la hidalguía literaria de Cervantes, ingeniosa, única, inmortal.

(Se están cumpliendo hoy cuatrocientos años de la publicación del Quijote)

Saturday, January 15, 2005

Victoria de los Angeles


Victoria de los Angeles

15-01-05:

Acabo de enterarme de la muerte de Victoria de los Angeles. Ocurrió esta mañana en Barcelona. Puse de inmediato el aria de la Bachiana Nro. 5. Ella es Villalobos. En este instante oigo a la soprano prodigiosa.

Ella también es para mí Manuel de Falla. Es para mí una nana de Lorca, infinita.

Ella es ahora la infinita.


Wednesday, January 12, 2005

En el bosque


En el bosque


En el bosque de La Habana
una china se perdió,
y como yo era un perdido
nos encontramos los dos

(Canción popular)

Tuesday, January 11, 2005

El amor loco



Que seas amada locamente.

Fue deseo de Breton para su hija. Lo leí en ese libro maravilloso que a todos recomiendo.

L´amour fou es inclasificable. Es ensayo. Es crónica. Es poesía y pensamiento. Es el pensamiento poético sobre el amor. Es una frase que conmueve a mi amigo Najul: Amar, recuperar la gracia perdida del primer instante en que se ama.

Juan Malpartida (¡que apellido para un tema como el amor!), en el prólogo a la mejor edición castellana de la obra maestra de André Breton, dice que una frase del poeta argentino Enrique Molina resume el espíritu amoroso de Breton. La frase proviene de un elocuente saludo de Molina a un amigo: "Buena suerte en tu nuevo amor eterno".

Monday, January 10, 2005

La "cuarta" película de Erice


Víctor Erice

Un lugar común nos repite que los genios suelen ser incomprendidos. El accidente que representó la inconclusión de El Sur no es la única frustración de Erice. Hace tres años el destino estuvo a punto de depararnos su cuarta película. Se trataba de La promesa de Shanghai, basada en la novela El embrujo de Shanghai, de Juan Marsé. Todo estaba listo. Víctor Erice había reducido (a regañadientes) su guión para atender un requerimiento del productor y la mesa estaba casi servida. Los “ericianos”, que integran una sociedad secreta en el universo de la cinefilia, se preparaban para el gran acontecimiento, en Londres, en Nueva York, en París, en Barcelona, en Buenos Aires, en Ámsterdam, en San Felipe y en México DF. Y de repente, el cruel baño de agua fría. El productor despidió a Erice y contrató a Fernando Trueba. Ahora Víctor Erice suma otro galardón extraño. Ya no es el autor de la única obra maestra inacabada del cine español, sino el autor de una película inexistente que podemos ver y volver a ver desde las páginas del guión eterno de lo que pudo haber sido... Por ahora, seguimos junto a Estrella (personaje de El Sur) en el difícil umbral del sagrado espacio de Víctor Erice: la luz del atardecer.

Un genio del cine


Ana Torrent. El espíritu de la colmena (Erice)

Tres títulos han sido suficientes para que Víctor Erice sea considerado por los cinéfilos más exigentes, el mejor director español vivo. Desde que sorprendió a todos en San Sebastián, en aquel inolvidable año 73, con El Espíritu de la colmena, ningún espectador sensible podía dejar de interesarse por su trabajo. Pero hubo que esperar diez años para ver el segundo resultado, El Sur, y después, nueve años más para conocer su tercer largo, El sol del membrillo. Hasta aquí la producción de Víctor Erice. Una película por década. Nada más. Podría parecernos muy poco si nos quedamos en las cantidades, pero cómo cambia el asunto si nos colocamos en el plan de emitir juicios de valor. Encontrarse tres obras maestras en la filmografía de alguien que sólo ha hecho tres largometrajes, es, sin duda, un récord mundial.

Sunday, January 09, 2005

La unánime lluvia

09-01-05:

Domingo de lluvia. Primer domingo de lluvia. Llueve con intensidad desde hace rato. Lluvia pertinaz, completa, monótona. De todos modos, iré al mercado. Nadie me verá salir bajo la unánime lluvia.

Tuesday, January 04, 2005

Courbet

04-01-05:

Ha vuelto Courbet a mi pantalla. Ha vuelto con todo el esplendor de su estudio. Han vuelto la exuberante modelo y Baudelaire. Ha vuelto mi héroe de la Comuna de París. Ha vuelto la Comuna con él. Ha vuelto la primavera de la revolución. Han vuelto sus símbolos perennes. Han vuelto sus días febriles. Ha vuelto Courbet.

Sunday, January 02, 2005

Elytis

02-01-05:

La lengua me la dieron castellana. Lo digo porque acabo de leer un poema de Odiseas Elytis que comienza con este verso: “La lengua me la dieron griega”. Es el salmo segundo del poema “La pasión”. Le dieron griega la lengua, griego el mar, griego su Homero, griega la vida. Le dieron todo.