Monday, December 31, 2007

Orión y la felicidad del nuevo año

La posición de Orión allá en el cielo

"A las doce la noche, por las puertas de la gloria
y al fulgor de perla y oro de una luz extraterrestre,
sale en hombros de cuatro ángeles, y en su gestatoria,
San Silvestre.

Más hermoso que un rey mago, lleva puesta la tiara,
de que son diamantes Sirio, Arturo y Orión;
y el anillo de su diestra, hecho cual si fuese para
Salomón.

Sus pies cubren los joyeles de la Osa adamantina,
y su capa raras piedras de una ilustre Visapur;
y colgada sobre el pecho resplandece la divina
Cruz del Sur"

(Rubén Darío, Año Nuevo).
Feliz 2008 para todos los amigos y lectores de la Isla de Robinson.

Saturday, December 29, 2007

Versión teatral de un libro de Wittgenstein

Fotografía de la casa que Wittgenstein diseñó para su hermana

Leo en el libro de un escritor porteño la increíble noticia de una obra teatral basada en las Investigaciones Filosóficas de Wittgenstein. La rareza tuvo lugar en Oxford y le correspondió dirigirla al catalán Llorenç Riber. Sucedió en algún verano de los setenta después de que su director superó la ardua selección del fondo musical, que, contra todo pronóstico, no recayó en Webern sino en Beethoven, quien suena durante todo la obra, a excepción del momento del prólogo, reservado por Riber para un aria de La Creación de Haydn. Recordarán algunos que el prólogo del libro de Wittgenstein es el famoso fragmento de San Agustín acerca de las palabras y de los objetos que ellas designan. Así que luce apropiada la elección sonora.

Quien reseña la obra se dice conocedor de algunas experiencias que por su facilidad no merecen ser tenidas como antecedentes de esta avilantez escénica. Así, recuerda haber asistido a la adaptación teatral de los Diálogos de Platón en la Universidad de Bogotá (que más obvia no puede ser), a la de las Ennéadas de Plotino y a la de El mundo como voluntad y representación de Schopenhauer. Ninguna, por supuesto, se le acerca en atrevimiento y desafío a la hazaña teatral de Llorenç Riber. Como se sabe, Investigaciones Filosóficas es uno de los textos fundamentales de la filosofía del siglo XX, escrito por un genio que pensó y repensó el lenguaje como juego. Alguien dijo una vez, a partir de Wittgenstein: el lenguaje es sólo juegos de lenguaje. Nada mejor entonces que el teatro para demostrar esa tesis.

Tal vez no sea innecesario agregar que Llorenç Riber es una invención de otro genio: el escritor argentino Juan Rodolfo Wilcock, en cuyo libro La sinagoga de los iconoclastas he podido leer esta maravilla.

Friday, December 28, 2007

La poesía de Gil de Biedma al cine

Jaime Gil de Biedma

Más que de novelas o cuentos, me gustaría que el cine se nutriera de libros de poesía. Así, he fantaseado muchas veces con una película basada en Las personas del verbo, el volumen que reúne la admirable y breve obra de Jaime Gil de Biedma. Mi fantasía incluye una condición: que la película sea dirigida por mi hija Luisana, cuyo gusto creo que se aviene con la idea (el poema filmado) y cuya imaginación y delicadeza pueden depararnos una obra bella y profunda.

Una primera escena podría mostrar a los padres de Gil de Biedma en Montjuich, con las imágenes de uno de sus mejores poemas (Barcelona ja no es bona o mi paseo solitario en primavera). Sería la primavera del año 29. Ellos bajarían del Chrysler amarillo y negro y caminarían lentamente por la avenida de los tilos. El padre examinaría las características de un vehículo mucho más caro que el suyo: un Duesemberg sport con doble parabrisas, “bello como una máquina de guerra”. La madre acariciaría su vientre, el cual alberga todavía a Jaime Gil.

No sería esa la única escena con imágenes tomadas del citado poema, si es que la directora deja que yo siga entrometiéndome en su proyecto y haciéndole sugerencias que se alejan de la idea original, por previsibles y convencionales.

La guerra, los veranos, los viajes, la enfermedad, los amigos, los bares, una sextina, la calle Pandrossou de Atenas, la Vía del Babuino en Roma, “un sótano más negro que tu reputación” en la calle Muntaner de Barcelona, las albadas, los chulos, las floristas, “un viejo país ineficiente, algo así como España entre dos guerras civiles”, la canción francesa, los compañeros de viaje y el “pequeño reino afortunado” del autor… todo eso (y más) podría estar allí, pero a través de la palabra poética y de las imágenes que sólo ella es capaz de despertar en uno. 
 

Nacho Valcárcel, quizá, prepararía la música...
 
No digo más porque no me corresponde. Luisana hará con Las personas del verbo lo que su talento artístico le indique, incluida la posibilidad estética, filosófica o personal de no hacer nada.

Wednesday, December 26, 2007

Raúl Betancourt, in memoriam

Raúl Betancourt (en realidad, Bethencourt)
La primera vez que pisé Suma todavía Raúl no era su dueño. Estaba sí Julia, la otra imagen emblemática de la legendaria librería. Creo que fue un año después cuando apareció Raúl, cuyo rostro se me haría familiar, mas no aún su trato, que comencé a disfrutar más tarde, por allá, a finales de los setenta. Desde ese entonces fuimos amigos. Siento que nos unió un afecto verdadero.
En este momento tristísimo para sus hijos y amigos, abatidos por su muerte abrupta, sólo se me ocurre agradecer a los dioses por el don de haberlo conocido.
Ahora se me viene a la memoria la imagen de su sonrisa de hombre bueno y sencillo. Que ella nos consuele a todos.

La geografía de Julien Gracq

Julien Gracq

"De pie, inclinado sobre la mesa, con las manos extendidas sobre el mapa, me quedaba a veces horas enteras sumido en una inmovilidad hipnótica de la que no me arrancaba ni el hormigueo de mis palmas entumecidas. Un leve susurro parecía ascender de aquel mapa, invadiendo la estancia cerrada y su silencio de acechanza..."

(El cuarto de los mapas, en El mar de las Sirtes)

Se fue hace tres días el gran Julien Gracq, célebre y secreto. Tenía 97 años. Abro ahora su bellísima novela El mar de las Sirtes y entro al cuarto de los mapas para buscar la lámina donde se encuentra Orsenna o donde se extienden los espacios ignotos del Farghestán.

Profesor de geografía y de historia, Julien Gracq adoraba los mapas y los relatos que suscitan. Suponía Octavio Paz que el nombre de Farghestán lo derivó Gracq de un reino ubicado en uno de los extremos de la Conchinchina, en el Asia Central, a lo largo de la ruta de la seda. Ese reino se llamaba Ferhana y fue una tierra famosa por sus caballos...

Gracq fue un intelectual insobornable y algo más: un clásico desde su primer libro, uno novela gótica que deslumbró a Breton.

Monday, December 24, 2007

Villancico desde la isla de Robinson


Fuego y música de Brahms,
tiempo de morir y renacer.
Navidad, Año Nuevo por venir,
la mujer, el hijo -amanecer

otra vez y despertar,
dar las gracias a Quién
y respirar amén vivir
mientras al fuego perecer.

Música, fuego animal,
respiración de mi hogar-
consumir el tiempo al par

que vivir el hoy de ayer
y el hoy del anochecer-
el hombre, el hijo, la mujer.

Ernesto Mejía Sánchez
(Nicaragua, 1923-1985. Villancico, Recolección a mediodía)

Saturday, December 22, 2007

La sagrada familia

Murillo
La familia de Murillo es una imagen emblemática para los venezolanos. Es, por supuesto, la etiqueta del vino "La Sagrada Familia".
Los versos de Paz Castillo, a propósito de esta imagen, me gustan mucho, pero no hay manera de que me los aprenda.
El mensaje navideño de la UNEY los trancribe: http://www.uney.edu.ve/universidad/mensaje_navidad_uney_2007.htm

Wednesday, December 19, 2007

El arte de Hiriart

Hugo Hiriart

Hugo Hiriart entró a mi biblioteca disertando sobre las telarañas.

Hugo Hiriart entró a mi biblioteca disertando sobre las telarañas y dejando entrever lúcidas reflexiones acerca de los sueños.

Hugo Hiriart entró a mi biblioteca disertando sobre las telarañas y dejando entrever lúcidas reflexiones acerca de los sueños, mientras silbaba su arte poética para disgusto de los críticos y de ciertas personas que suelen despreciar a cuanto autor ignoran.

Hugo Hiriart entró a mi biblioteca disertando sobre las telarañas y dejando entrever lúcidas reflexiones acerca de los sueños, mientras silbaba su arte poética para disgusto de los críticos y de ciertas personas que suelen despreciar a cuanto autor ignoran. Buscó con urgencia un estante para colocar los libros que casi se le caían de las manos. Le indiqué el lugar exacto. Los ordenó y abrió después uno de ellos. Era una novela de caballería.

Hugo Hiriart entró a mi biblioteca disertando sobre las telarañas y dejando entrever lúcidas reflexiones acerca de los sueños, mientras silbaba su arte poética para disgusto de los críticos y de ciertas personas que suelen despreciar a cuanto autor ignoran. Buscó con urgencia un estante para colocar los libros que casi se le caían de las manos. Le indiqué el lugar exacto. Los ordenó y abrió después uno de ellos. Era una novela de caballería. Leyó para mí estas palabras: “…celebra, Dama de las Palabras, en buenas imágenes, las lealtades, los amores y trabajos de quienes supieron batallar y ser gentiles”. Lo escuché con deleite toda la tarde.

Hugo Hiriart vino de Gofa en un sueño.

Hugo Hiriart no ha salido de Gofa todavía, pero ya despertó y escribe su sueño y los sueños de su sueño.

Hugo Hiriart no se siente incómodo en ninguno de los géneros. Los reinventa. He allí el secreto. Escribe una novela policial y de vez en cuando cita a Bécquer cuando da lecciones de castellano y de poesía a los lectores de otra lengua:

“¿Quién fuera parte
de la plegaria
que solitaria
dices a Dios”.


Hugo Hiriart viene del teatro y vuelve a él. Ahora, en mi biblioteca, se dispone a dirigir el matrimonio de dos monstruos: Clotario Demoniax y Lola la Gorda, “oh, tonel de la blandura…”. Son títeres que encarnan con denuedo la maldad.

Hugo Hiriart hace homenaje a Lezama. (En)cubre su devoción en el título de uno de sus libros de ensayos: “Los dientes eran el piano”.

El lector de Hugo Hiriart, con menos pudor que displicencia, se percata de que está siendo colonizado por la retórica del maestro, da por concluido este apresurado ejercicio y regresa al carnaval interminable de sus páginas.

Paz y Bona

Octavio Paz

Bona Tibertelli de Pisis


"...he olvidado tu nombre, Melusina,

Laura, Isabel, Perséfona, María,

tienes todos los rostros y ninguno,

eres todas las horas y ninguna,

te pareces al árbol y a la nube,

eres todos los pájaros y un astro,

te pareces al filo de la espada

y a la copa de sangre del verdugo,

yedra que avanza, envuelve y desarraiga

al alma y la divide de sí misma"

(Octavio Paz, Piedra de sol)

Monday, December 17, 2007

Las imponderables hallacas de Liverpool


1. Son larenses e historiadores. Ambos provienen de las aulas tocuyanas de don Egidio Montesinos. En este momento también son diplomáticos y se encuentran muy lejos de su patria. Uno de ellos ha estado escribiendo un libro sobre la esgrima moderna. El otro ha hecho anotaciones acerca de las neurosis de hombres célebres. Esta mañana de 1891, en Liverpool, se les ve atareados en otra cosa. Es diciembre y ya casi no falta nada para el 24. Días atrás decidieron celebrar juntos la navidad y hacerlo a la manera venezolana, para mitigar fríos y distancias. Así, se trazaron la difícil tarea de hacer hallacas. Por suerte, un trinitario tiene en Londres un abasto donde se expenden productos tropicales. Allí consiguieron el maíz, que terminaron pilando arduamente en un mortero de madera. Nada los detuvo, ni la casi imposible prueba de conseguir las hojas. Se valieron de sus funciones consulares para tener acceso al único lugar que albergaba, en rigurosa calefacción, la inhallable y costosa planta: el Jardín de Aclimatación de Londres. Atravesaron un largo periplo burocrático que exigió hasta la opinión técnica de la Sociedad de Historia Natural para poder cortar cinco hojas de un plátano británicamente custodiado. La proeza está a punto de consumarse. Asaron con esmero las hojas en el fuego de la chimenea y prepararon el guiso siguiendo las indicaciones que sólo uno de ellos (el mayor) conoce bien. Para darse ánimo silbaron un valsecito tocuyano cuando se dispusieron a probar el portentoso picadillo elaborado con carne de res y de cerdo, trozos de tocino y gallina. La música les dio suerte: estaba exquisito. En este momento uno de ellos amarra la décima y última hallaca de esta hazaña culinaria. Son larenses e historiadores y ahora aventureros de la cocina. Uno de ellos tiene 33 años y se llama Lisandro Alvarado, aunque prefiera presentarse como Perico el de los Palotes. El otro tiene 30 y se le conoce ya como el doctor José Gil Fortoul.
El episodio que he referido lo contará más tarde el hijo del primero, Aníbal Lisandro Alvarado, en su valioso libro Menú-Vernaculismos (Edime, Caracas-Madrid, 1953).

2. “Pascua donde no se canta al Mesías, ¿dime si es pascua, José?”. La pregunta retórica del bellísimo aguinaldo de Otilio Galíndez puede formularse de igual manera respecto de la hallaca, porque la navidad sin ellas es inconcebible. La literatura venezolana ha sido pródiga en el registro de esa presencia. Uno de nuestros costumbristas, Nicanor Bolet Peraza, habló de las “imponderables hallacas” y llegó a afirmar que por no haberlas conocido ni cantado, los dioses del Olimpo dejaron de ser inmortales. Sin llegar a tanto, creo firmemente en las hallacas como verdadera fuente de alegría. Este año doy de nuevo gracias a Dios por contar con ellas y por traerme como siempre el sabor de la antigua mesa tocuyana que venero. En ella, las hallacas de Cruz del Sur Morales prodigarán, una vez más, la gracia de una masa fina y delicada que gustosamente contiene el alma barroca de la infancia.

P.D: FELIZ NAVIDAD. Le deseo a todos, especialmente a los lectores y lectoras de este blog (y de Duelos y Quebrantos, por supuesto) unas felices pascuas y, sobre todo, la dicha de compartirlas.

Sunday, December 16, 2007

Allá va la mula llorando el olvido

La mulalisa

16-12-63: Estoy en mi casa de la 17. Salgo. Voy con mis amigos a misa. Gonzalo Escalona va con nosotros. Toca su cuatro. Después de los patines, jugaremos chapita y usaremos uno de los garrotes de mi tío Abelardo.

16-12-07: De nuevo Otilio: “Allá va la mula llorando el olvido”. Es un verso estupendo. Pertenece a uno de los aguinaldos más hermosos del gran yaritagüeño.

Acabo de recordar a Gonzalo Escalona, el espigado amigo de la infancia y de la adolescencia, a quien todos llamábamos Chalo. Estudió en el “Lisandro Alvarado”. Después se graduó de ingeniero. Lo perdí de vista. Sé que murió hace varios años.

Hoy Rafael Arráiz Lucca habla en su artículo de El Nacional de los lectores ecuménicos, de esos seres que leen de todo y viven rodeados de libros. Generosamente, me menciona entre ellos. Nos desea a todos los lectores una feliz navidad. Gracias a Rafael, a quien también se le desea desde esta casa lo mismo.
Allá va la mula llorando el olvido.

Pascua donde no se nombra al Mesías

Piero della Francesca

16-12-07: Cantar suave no aprendido. Hoy más abundante y acoplado. Son las cinco y media de la mañana. Antes de los pájaros, se hizo presente un cohete que me recordó las viejas misas de aguinaldo que se iniciaban el 16 de diciembre. Diciembre está pasando tan vertiginosamente que no me he detenido a contemplar su luz ni a darle tiempo a la nostalgia que por esta época suele gozosamente visitarme.

En alguna iglesia vecina se hizo hoy la primera misa de aguinaldo. Ha comenzado la fiesta. Me dan ganas de cantar el más bello aguinaldo de Otilio Galíndez y de decir con él:

Pascua donde no se nombra al Mesías,

dime si es pascua, José,

si no le cantan al niño Jesús,

dime si es pascua, preciosa María.

Saturday, December 15, 2007

Un día que dios estuvo niemeyer

Museo Nacional de Brasilia


…cien años nada menos que de Oscar Niemeyer,
creador de Brasilia, de su cielo y de su tierra.

Hoy los cumple.

Hoy lo celebran todas las ventanas del Brasil, todos sus paisajes.

El más comunista de los arquitectos del mundo
sopla cien velas
y el mundo renace con él.

Yo lo conocí en el cielo de Brasilia
un día que dios estuvo niemeyer.

Thursday, December 06, 2007

Víctor Serge

Víctor Serge

En momentos en que algunos lo han olvidado, creo que vale la pena releer lo que Víctor Serge escribió en 1925:

"El fetichismo de la legalidad fue y sigue siendo uno de los rasgos característicos del socialismo que cree en la colaboración de clases, lo cual comporta la creencia en la posibilidad de transformar el orden capitalista sin entrar en conflicto con sus privilegiados. Pero esto, más que indicio de un candor poco compatible con la mentalidad de los políticos, lo es de la corrupción de los líderes. Instalados en una sociedad que fingen combatir, recomiendan respeto a las reglas del juego y no su reforma. La clase obrera no puede respetar la legalidad burguesa, salvo que ignore (...) el carácter engañoso de la democracia capitalista o, en pocas palabras, los principios básicos de la lucha de clases".
(Víctor Serge. Lo que todo revolucionario debe saber sobre la represión)

Monday, December 03, 2007

Cuanto he tomado por victoria es sólo humo


La frase anterior es -como lo saben algunos lectores- un verso de Fracaso, uno de los grandes poemas de Rafael Cadenas.