Monday, December 31, 2007

Orión y la felicidad del nuevo año

La posición de Orión allá en el cielo

"A las doce la noche, por las puertas de la gloria
y al fulgor de perla y oro de una luz extraterrestre,
sale en hombros de cuatro ángeles, y en su gestatoria,
San Silvestre.

Más hermoso que un rey mago, lleva puesta la tiara,
de que son diamantes Sirio, Arturo y Orión;
y el anillo de su diestra, hecho cual si fuese para
Salomón.

Sus pies cubren los joyeles de la Osa adamantina,
y su capa raras piedras de una ilustre Visapur;
y colgada sobre el pecho resplandece la divina
Cruz del Sur"

(Rubén Darío, Año Nuevo).
Feliz 2008 para todos los amigos y lectores de la Isla de Robinson.

Saturday, December 29, 2007

Versión teatral de un libro de Wittgenstein

Fotografía de la casa que Wittgenstein diseñó para su hermana

Leo en el libro de un escritor porteño la increíble noticia de una obra teatral basada en las Investigaciones Filosóficas de Wittgenstein. La rareza tuvo lugar en Oxford y le correspondió dirigirla al catalán Llorenç Riber. Sucedió en algún verano de los setenta después de que su director superó la ardua selección del fondo musical, que, contra todo pronóstico, no recayó en Webern sino en Beethoven, quien suena durante todo la obra, a excepción del momento del prólogo, reservado por Riber para un aria de La Creación de Haydn. Recordarán algunos que el prólogo del libro de Wittgenstein es el famoso fragmento de San Agustín acerca de las palabras y de los objetos que ellas designan. Así que luce apropiada la elección sonora.

Quien reseña la obra se dice conocedor de algunas experiencias que por su facilidad no merecen ser tenidas como antecedentes de esta avilantez escénica. Así, recuerda haber asistido a la adaptación teatral de los Diálogos de Platón en la Universidad de Bogotá (que más obvia no puede ser), a la de las Ennéadas de Plotino y a la de El mundo como voluntad y representación de Schopenhauer. Ninguna, por supuesto, se le acerca en atrevimiento y desafío a la hazaña teatral de Llorenç Riber. Como se sabe, Investigaciones Filosóficas es uno de los textos fundamentales de la filosofía del siglo XX, escrito por un genio que pensó y repensó el lenguaje como juego. Alguien dijo una vez, a partir de Wittgenstein: el lenguaje es sólo juegos de lenguaje. Nada mejor entonces que el teatro para demostrar esa tesis.

Tal vez no sea innecesario agregar que Llorenç Riber es una invención de otro genio: el escritor argentino Juan Rodolfo Wilcock, en cuyo libro La sinagoga de los iconoclastas he podido leer esta maravilla.

Friday, December 28, 2007

La poesía de Gil de Biedma al cine

Jaime Gil de Biedma

Más que de novelas o cuentos, me gustaría que el cine se nutriera de libros de poesía. Así, he fantaseado muchas veces con una película basada en Las personas del verbo, el volumen que reúne la admirable y breve obra de Jaime Gil de Biedma. Mi fantasía incluye una condición: que la película sea dirigida por mi hija Luisana, cuyo gusto creo que se aviene con la idea (el poema filmado) y cuya imaginación y delicadeza pueden depararnos una obra bella y profunda.

Una primera escena podría mostrar a los padres de Gil de Biedma en Montjuich, con las imágenes de uno de sus mejores poemas (Barcelona ja no es bona o mi paseo solitario en primavera). Sería la primavera del año 29. Ellos bajarían del Chrysler amarillo y negro y caminarían lentamente por la avenida de los tilos. El padre examinaría las características de un vehículo mucho más caro que el suyo: un Duesemberg sport con doble parabrisas, “bello como una máquina de guerra”. La madre acariciaría su vientre, el cual alberga todavía a Jaime Gil.

No sería esa la única escena con imágenes tomadas del citado poema, si es que la directora deja que yo siga entrometiéndome en su proyecto y haciéndole sugerencias que se alejan de la idea original, por previsibles y convencionales.

La guerra, los veranos, los viajes, la enfermedad, los amigos, los bares, una sextina, la calle Pandrossou de Atenas, la Vía del Babuino en Roma, “un sótano más negro que tu reputación” en la calle Muntaner de Barcelona, las albadas, los chulos, las floristas, “un viejo país ineficiente, algo así como España entre dos guerras civiles”, la canción francesa, los compañeros de viaje y el “pequeño reino afortunado” del autor… todo eso (y más) podría estar allí, pero a través de la palabra poética y de las imágenes que sólo ella es capaz de despertar en uno. 
 

Nacho Valcárcel, quizá, prepararía la música...
 
No digo más porque no me corresponde. Luisana hará con Las personas del verbo lo que su talento artístico le indique, incluida la posibilidad estética, filosófica o personal de no hacer nada.

Wednesday, December 26, 2007

Raúl Betancourt, in memoriam

Raúl Betancourt (en realidad, Bethencourt)
La primera vez que pisé Suma todavía Raúl no era su dueño. Estaba sí Julia, la otra imagen emblemática de la legendaria librería. Creo que fue un año después cuando apareció Raúl, cuyo rostro se me haría familiar, mas no aún su trato, que comencé a disfrutar más tarde, por allá, a finales de los setenta. Desde ese entonces fuimos amigos. Siento que nos unió un afecto verdadero.
En este momento tristísimo para sus hijos y amigos, abatidos por su muerte abrupta, sólo se me ocurre agradecer a los dioses por el don de haberlo conocido.
Ahora se me viene a la memoria la imagen de su sonrisa de hombre bueno y sencillo. Que ella nos consuele a todos.

La geografía de Julien Gracq

Julien Gracq

"De pie, inclinado sobre la mesa, con las manos extendidas sobre el mapa, me quedaba a veces horas enteras sumido en una inmovilidad hipnótica de la que no me arrancaba ni el hormigueo de mis palmas entumecidas. Un leve susurro parecía ascender de aquel mapa, invadiendo la estancia cerrada y su silencio de acechanza..."

(El cuarto de los mapas, en El mar de las Sirtes)

Se fue hace tres días el gran Julien Gracq, célebre y secreto. Tenía 97 años. Abro ahora su bellísima novela El mar de las Sirtes y entro al cuarto de los mapas para buscar la lámina donde se encuentra Orsenna o donde se extienden los espacios ignotos del Farghestán.

Profesor de geografía y de historia, Julien Gracq adoraba los mapas y los relatos que suscitan. Suponía Octavio Paz que el nombre de Farghestán lo derivó Gracq de un reino ubicado en uno de los extremos de la Conchinchina, en el Asia Central, a lo largo de la ruta de la seda. Ese reino se llamaba Ferhana y fue una tierra famosa por sus caballos...

Gracq fue un intelectual insobornable y algo más: un clásico desde su primer libro, uno novela gótica que deslumbró a Breton.

Monday, December 24, 2007

Villancico desde la isla de Robinson


Fuego y música de Brahms,
tiempo de morir y renacer.
Navidad, Año Nuevo por venir,
la mujer, el hijo -amanecer

otra vez y despertar,
dar las gracias a Quién
y respirar amén vivir
mientras al fuego perecer.

Música, fuego animal,
respiración de mi hogar-
consumir el tiempo al par

que vivir el hoy de ayer
y el hoy del anochecer-
el hombre, el hijo, la mujer.

Ernesto Mejía Sánchez
(Nicaragua, 1923-1985. Villancico, Recolección a mediodía)

Saturday, December 22, 2007

La sagrada familia

Murillo
La familia de Murillo es una imagen emblemática para los venezolanos. Es, por supuesto, la etiqueta del vino "La Sagrada Familia".
Los versos de Paz Castillo, a propósito de esta imagen, me gustan mucho, pero no hay manera de que me los aprenda.
El mensaje navideño de la UNEY los trancribe: http://www.uney.edu.ve/universidad/mensaje_navidad_uney_2007.htm

Wednesday, December 19, 2007

El arte de Hiriart

Hugo Hiriart

Hugo Hiriart entró a mi biblioteca disertando sobre las telarañas.

Hugo Hiriart entró a mi biblioteca disertando sobre las telarañas y dejando entrever lúcidas reflexiones acerca de los sueños.

Hugo Hiriart entró a mi biblioteca disertando sobre las telarañas y dejando entrever lúcidas reflexiones acerca de los sueños, mientras silbaba su arte poética para disgusto de los críticos y de ciertas personas que suelen despreciar a cuanto autor ignoran.

Hugo Hiriart entró a mi biblioteca disertando sobre las telarañas y dejando entrever lúcidas reflexiones acerca de los sueños, mientras silbaba su arte poética para disgusto de los críticos y de ciertas personas que suelen despreciar a cuanto autor ignoran. Buscó con urgencia un estante para colocar los libros que casi se le caían de las manos. Le indiqué el lugar exacto. Los ordenó y abrió después uno de ellos. Era una novela de caballería.

Hugo Hiriart entró a mi biblioteca disertando sobre las telarañas y dejando entrever lúcidas reflexiones acerca de los sueños, mientras silbaba su arte poética para disgusto de los críticos y de ciertas personas que suelen despreciar a cuanto autor ignoran. Buscó con urgencia un estante para colocar los libros que casi se le caían de las manos. Le indiqué el lugar exacto. Los ordenó y abrió después uno de ellos. Era una novela de caballería. Leyó para mí estas palabras: “…celebra, Dama de las Palabras, en buenas imágenes, las lealtades, los amores y trabajos de quienes supieron batallar y ser gentiles”. Lo escuché con deleite toda la tarde.

Hugo Hiriart vino de Gofa en un sueño.

Hugo Hiriart no ha salido de Gofa todavía, pero ya despertó y escribe su sueño y los sueños de su sueño.

Hugo Hiriart no se siente incómodo en ninguno de los géneros. Los reinventa. He allí el secreto. Escribe una novela policial y de vez en cuando cita a Bécquer cuando da lecciones de castellano y de poesía a los lectores de otra lengua:

“¿Quién fuera parte
de la plegaria
que solitaria
dices a Dios”.


Hugo Hiriart viene del teatro y vuelve a él. Ahora, en mi biblioteca, se dispone a dirigir el matrimonio de dos monstruos: Clotario Demoniax y Lola la Gorda, “oh, tonel de la blandura…”. Son títeres que encarnan con denuedo la maldad.

Hugo Hiriart hace homenaje a Lezama. (En)cubre su devoción en el título de uno de sus libros de ensayos: “Los dientes eran el piano”.

El lector de Hugo Hiriart, con menos pudor que displicencia, se percata de que está siendo colonizado por la retórica del maestro, da por concluido este apresurado ejercicio y regresa al carnaval interminable de sus páginas.

Paz y Bona

Octavio Paz

Bona Tibertelli de Pisis


"...he olvidado tu nombre, Melusina,

Laura, Isabel, Perséfona, María,

tienes todos los rostros y ninguno,

eres todas las horas y ninguna,

te pareces al árbol y a la nube,

eres todos los pájaros y un astro,

te pareces al filo de la espada

y a la copa de sangre del verdugo,

yedra que avanza, envuelve y desarraiga

al alma y la divide de sí misma"

(Octavio Paz, Piedra de sol)

Monday, December 17, 2007

Las imponderables hallacas de Liverpool


1. Son larenses e historiadores. Ambos provienen de las aulas tocuyanas de don Egidio Montesinos. En este momento también son diplomáticos y se encuentran muy lejos de su patria. Uno de ellos ha estado escribiendo un libro sobre la esgrima moderna. El otro ha hecho anotaciones acerca de las neurosis de hombres célebres. Esta mañana de 1891, en Liverpool, se les ve atareados en otra cosa. Es diciembre y ya casi no falta nada para el 24. Días atrás decidieron celebrar juntos la navidad y hacerlo a la manera venezolana, para mitigar fríos y distancias. Así, se trazaron la difícil tarea de hacer hallacas. Por suerte, un trinitario tiene en Londres un abasto donde se expenden productos tropicales. Allí consiguieron el maíz, que terminaron pilando arduamente en un mortero de madera. Nada los detuvo, ni la casi imposible prueba de conseguir las hojas. Se valieron de sus funciones consulares para tener acceso al único lugar que albergaba, en rigurosa calefacción, la inhallable y costosa planta: el Jardín de Aclimatación de Londres. Atravesaron un largo periplo burocrático que exigió hasta la opinión técnica de la Sociedad de Historia Natural para poder cortar cinco hojas de un plátano británicamente custodiado. La proeza está a punto de consumarse. Asaron con esmero las hojas en el fuego de la chimenea y prepararon el guiso siguiendo las indicaciones que sólo uno de ellos (el mayor) conoce bien. Para darse ánimo silbaron un valsecito tocuyano cuando se dispusieron a probar el portentoso picadillo elaborado con carne de res y de cerdo, trozos de tocino y gallina. La música les dio suerte: estaba exquisito. En este momento uno de ellos amarra la décima y última hallaca de esta hazaña culinaria. Son larenses e historiadores y ahora aventureros de la cocina. Uno de ellos tiene 33 años y se llama Lisandro Alvarado, aunque prefiera presentarse como Perico el de los Palotes. El otro tiene 30 y se le conoce ya como el doctor José Gil Fortoul.
El episodio que he referido lo contará más tarde el hijo del primero, Aníbal Lisandro Alvarado, en su valioso libro Menú-Vernaculismos (Edime, Caracas-Madrid, 1953).

2. “Pascua donde no se canta al Mesías, ¿dime si es pascua, José?”. La pregunta retórica del bellísimo aguinaldo de Otilio Galíndez puede formularse de igual manera respecto de la hallaca, porque la navidad sin ellas es inconcebible. La literatura venezolana ha sido pródiga en el registro de esa presencia. Uno de nuestros costumbristas, Nicanor Bolet Peraza, habló de las “imponderables hallacas” y llegó a afirmar que por no haberlas conocido ni cantado, los dioses del Olimpo dejaron de ser inmortales. Sin llegar a tanto, creo firmemente en las hallacas como verdadera fuente de alegría. Este año doy de nuevo gracias a Dios por contar con ellas y por traerme como siempre el sabor de la antigua mesa tocuyana que venero. En ella, las hallacas de Cruz del Sur Morales prodigarán, una vez más, la gracia de una masa fina y delicada que gustosamente contiene el alma barroca de la infancia.

P.D: FELIZ NAVIDAD. Le deseo a todos, especialmente a los lectores y lectoras de este blog (y de Duelos y Quebrantos, por supuesto) unas felices pascuas y, sobre todo, la dicha de compartirlas.

Sunday, December 16, 2007

Allá va la mula llorando el olvido

La mulalisa

16-12-63: Estoy en mi casa de la 17. Salgo. Voy con mis amigos a misa. Gonzalo Escalona va con nosotros. Toca su cuatro. Después de los patines, jugaremos chapita y usaremos uno de los garrotes de mi tío Abelardo.

16-12-07: De nuevo Otilio: “Allá va la mula llorando el olvido”. Es un verso estupendo. Pertenece a uno de los aguinaldos más hermosos del gran yaritagüeño.

Acabo de recordar a Gonzalo Escalona, el espigado amigo de la infancia y de la adolescencia, a quien todos llamábamos Chalo. Estudió en el “Lisandro Alvarado”. Después se graduó de ingeniero. Lo perdí de vista. Sé que murió hace varios años.

Hoy Rafael Arráiz Lucca habla en su artículo de El Nacional de los lectores ecuménicos, de esos seres que leen de todo y viven rodeados de libros. Generosamente, me menciona entre ellos. Nos desea a todos los lectores una feliz navidad. Gracias a Rafael, a quien también se le desea desde esta casa lo mismo.
Allá va la mula llorando el olvido.

Pascua donde no se nombra al Mesías

Piero della Francesca

16-12-07: Cantar suave no aprendido. Hoy más abundante y acoplado. Son las cinco y media de la mañana. Antes de los pájaros, se hizo presente un cohete que me recordó las viejas misas de aguinaldo que se iniciaban el 16 de diciembre. Diciembre está pasando tan vertiginosamente que no me he detenido a contemplar su luz ni a darle tiempo a la nostalgia que por esta época suele gozosamente visitarme.

En alguna iglesia vecina se hizo hoy la primera misa de aguinaldo. Ha comenzado la fiesta. Me dan ganas de cantar el más bello aguinaldo de Otilio Galíndez y de decir con él:

Pascua donde no se nombra al Mesías,

dime si es pascua, José,

si no le cantan al niño Jesús,

dime si es pascua, preciosa María.

Saturday, December 15, 2007

Un día que dios estuvo niemeyer

Museo Nacional de Brasilia


…cien años nada menos que de Oscar Niemeyer,
creador de Brasilia, de su cielo y de su tierra.

Hoy los cumple.

Hoy lo celebran todas las ventanas del Brasil, todos sus paisajes.

El más comunista de los arquitectos del mundo
sopla cien velas
y el mundo renace con él.

Yo lo conocí en el cielo de Brasilia
un día que dios estuvo niemeyer.

Thursday, December 06, 2007

Víctor Serge

Víctor Serge

En momentos en que algunos lo han olvidado, creo que vale la pena releer lo que Víctor Serge escribió en 1925:

"El fetichismo de la legalidad fue y sigue siendo uno de los rasgos característicos del socialismo que cree en la colaboración de clases, lo cual comporta la creencia en la posibilidad de transformar el orden capitalista sin entrar en conflicto con sus privilegiados. Pero esto, más que indicio de un candor poco compatible con la mentalidad de los políticos, lo es de la corrupción de los líderes. Instalados en una sociedad que fingen combatir, recomiendan respeto a las reglas del juego y no su reforma. La clase obrera no puede respetar la legalidad burguesa, salvo que ignore (...) el carácter engañoso de la democracia capitalista o, en pocas palabras, los principios básicos de la lucha de clases".
(Víctor Serge. Lo que todo revolucionario debe saber sobre la represión)

Monday, December 03, 2007

Cuanto he tomado por victoria es sólo humo


La frase anterior es -como lo saben algunos lectores- un verso de Fracaso, uno de los grandes poemas de Rafael Cadenas.

Sunday, November 11, 2007

España republicana


¡Salud y República!

Las majestades

Goya. La familia de Carlos IV

Recordé a Goya y su letal retrato de una familia borbónica.
 
Para expresar mejor el tono nada sibilino de ese recuerdo, copio estos versos de Eloy Sánchez Rosillo en homenaje a Goya:
 

"Pero cuando te acercas al lienzo que te aguarda
ya no puedes mirar a los egregios personajes
con la blanda mirada del lacayo agradecido,
sino con la necesaria crueldad que ellos merecen.
Porque algo hay en ti que no ha sido dañado por el oro,
algo que permanece insobornable, un resto vivo
de la rebelde pureza juvenil de otros tiempos.
Y dices tu verdad. Y la verdad es tan diáfana,
tan absolutamente al alcance de todos encontrarse parece,
que escapa sin ser vista a quienes en ella se reflejan,
y se te escapa a ti, que acaso tras decirla has cerrado los ojos.
La familia real está contenta del amor con que has hecho tu trabajo.
Todos te felicitan y te llaman maestro, pues se admiran
del asombroso parecido que el cuadro tiene con la realidad".

Wednesday, November 07, 2007

Olivias juntas y revueltas

Olivia Castillo Rodríguez


Olivia Revueltas


Olivias las dos. Castillo y Revueltas.


El abuelo de una leyó y admiró al padre de la otra.


Diosas en la tierra,


juntas, castellanas, revueltas.

Wednesday, October 17, 2007

"El aluvión zoológico"

"Profanaron la Plaza de Mayo los cabecitas negras. ¡Qué horror!"
"Yo te daré,/ te daré, Patria hermosa,/ te daré una cosa,/ una cosa que empieza por P:/ ¡Perón! "


La irrupción del pueblo el 17 de octubre de 1945 en Buenos Aires fue calificada por los racistas de siempre como "el aluvión zoológico". Para otros, fue la entrada de las multitudes argentinas en la historia. Lo cierto es que el 17 de octubre fue realmente una fiesta inolvidable. Uno de mis escritores predilectos la llamó "la fiesta del monstruo". Nadie es perfecto, ni Borges.
Desde el balcón de la Casa Rosada dijo Perón:
"Esta es la verdadera fiesta de la democracia, representada por un pueblo que marcha a pie durante horas, para llegar a pedir a sus funcionarios que cumplan con el deber de respetar sus auténticos derechos".
Otro gran escritor cuando vio pasar a la multitud desde su casa, se vistió apresuradamente, bajó a la calle y se sumó al pueblo que avanzaba rumbo a la Plaza de Mayo. Me estoy refiriendo a Leopoldo Marechal, quien narró así ese momento histórico:
"Vi, reconocí y amé los miles de rostros que integraban la multitud: no había rencor en ellos, sino la alegría de salir a la visibilidad en reclamo de su líder. Era la Argentina ´invisible´que algunos habían anunciado literariamente, sin conocer ni amar sus millones de caras concretas, y que no bien las conocieron les dieron la espalda. Desde aquellas horas me hice peronista"

Thursday, October 04, 2007

Modottísima

Tina Modotti en la UNEY, gracias a los estudiantes de Diseño

No me siento agobiada, nunca me he sentido agobiada, pese a las derrotas y las pérdidas. Hoy debería tener algún temor, pero, como se sabe, con el comandante Carlos "no hay miliciana con miedo". Las comunistas estamos curadas de espantos y sabemos fotografiar en todas partes y ser fotografiadas idem.
Francisco Franco y sus "nacionales" han cruzado ya ominosamente el Puente de los Franceses. La muerte acecha y domina y yo volveré a ser sobreviviente y refugiada.
Llena de mí, sitiada en mi epidermis por un dios inasible que me ahoga, mentida acaso por su radiante atmósfera de luces, ahora voy a liberarme para siempre en el cuarto oscuro de Edward Weston.
Pablo, ve, toma la pluma y escribe: "Tina Modotti ha muerto"

Monday, September 17, 2007

Santa Cruz de la Sierra

La Venus de la Plaza Principal


Plaza Principal

Santa Cruz de la Sierra está fea, calurosa y descuidada. Ni el cielo la favorecía en este tiempo. Encapotado por el humo de las quemas cercanas y no porque amenazara con lluvia, ese cielo ni de día ni de noche nos fue amable. Parece que la ciudad fue otra cosa hace unos años, pero ese esplendor apenas si se nota ahora en algunas calles y avenidas. Su condición de zona más rica de Bolivia la esconde quizá en una urbanización cerrada donde viven personas cuya fortuna parece ser de dudosa procedencia. Contraria a Evo Morales, la ciudad exhibe en sus paredes pintas fascistas que piden sin disimulo la muerte del presidente boliviano y la independencia de Santa Cruz. Todos los taxistas, jóvenes y cholos, expresan con ira su rechazo a Evo. Las ominosas iniciales “FSB” amenazan por todas partes y es que la Falange Socialista Boliviana ha regresado.

Pese a todo eso, Santa Cruz de la Sierra tiene frente a su “Manzana 1” una plaza que debe ser siempre encantadora. Para mí esta vez fue ese el lugar donde sentí el alma que toda ciudad posee. Caminé por la “Monseñor Rivero” de noche y comí en Los Hierros, alejado de la desolación de otras zonas. Pero no fue allí donde se produjo mi conexión con Santa Cruz. Fue en la Plaza Principal, abierta hacia los cuatro puntos cardinales y con el corazón de la ciudad en su centro. Allí quiero alojar los rostros de las amables personas que conocí en el VIII Encuentro de Patrimonio Inmaterial y disfrutar de su recuerdo.

Sunday, September 02, 2007

El hermano de Lautréamont

Horacio González


Marie-José Paz

Lautréamont

José Ingenieros

Horacio González en su formidable libro Restos pampeanos da cuenta de una curiosa travesura psiquiátrica perpetrada por Rubén Darío en cooperación con José Ingenieros (o viceversa). Lo cierto es que ambos convirtieron a un joven oriental en conejillo de indias del segundo para un experimento acerca de la susceptibilidad que algunas personas tienen a la sugestión. En la memoria psiquiátrica de Ingenieros el caso comienza con esta frase estupenda: “Joven de origen incierto, cree haber nacido en Montevideo...”. Bien. Ese muchacho había sido presentado a Darío a comienzos de 1898. El poeta quedó impresionado por la “nebulosa fantasía del joven” cuando le narró con talante novelesco inverosímiles peripecias de su adolescencia. Consideró Darío que por su aspecto neuropático el presunto uruguayo sería un interesante caso para el Dr. Ingenieros. El poeta y el científico urdieron su plan a partir de una noticia literaria que habían leído varios años antes en el Mercure de France, en la que Leon Bloy, ante las dudas de algunos, aseguraba que el extraño libro llamado Chants de Maldoror había sido efectivamente escrito por un uruguayo. Bloy respaldó su certeza con un retrato del autor e informó que el llamado conde de Lautréamont era hijo de un ex cónsul de Francia en Montevideo. Darío le creyó del todo, pero Ingenieros no. Sin embargo, la incredulidad del segundo no afectó para nada el propósito positivista de una ciencia que se iniciaba arbitrariamente en el Río de la Plata de la mano del más grande poeta hispanoamericano de su tiempo. Le correspondió a Rubén Darío hacerle ver al mozo el inmenso parecido físico que tenía con el conde de Lautréamont. Su éxito fue inmediato. El joven orate comenzó a presentarse como hermano natural del autor de los Cantos de Maldoror apoyando su parentesco en una explicación que él mismo se inventó: en su infancia su madre recibía en la intimidad a un señor francés que no era otro que el cónsul de Francia en Montevideo. Bastaba ese dato para suponer lo demás, aunque quedara en entredicho la “honra” de su madre. La historia se fue tornando poco a poco en comidilla porteña y el “hermano del conde” pasó a ser objeto de pesadas burlas. Como el “divertimento intelectual” parecía haber ido demasiado lejos, sus responsables se asustaron y pusieron en marcha un experimento curativo: la terapia del ridículo. Así, Darío e Ingenieros, con gran dificultad, fueron desmontando crudamente el proceso de inducción hacia el imaginario parentesco. También en la cura tuvieron éxito. Según Ingenieros, el joven no presentó nunca más síntomas del delirio fabricado.

Como sabemos, Darío incluyó en Los raros su artículo acerca de Lautréamont. Lo escribió cinco años antes de su encuentro con el joven oriental, si hemos de creer las fechas que tanto él como Ingenieros suministran. No refiere Horacio González más noticias sobre el caso, pero lo aprovecha brillantemente para hablar de literatura y de demencias.

Tal vez seguiremos sabiendo poco del caso reseñado, lo que no importaría tanto, si consideramos que “tampoco sabemos nada de Lautréamont”, como lo leí ayer en un poema en prosa de Marie-José Paz que a todos recomiendo.

La esfera celeste de Niteroi

Museo de Arte Contemporáneo de Niteroi. El museo se contiene a sí mismo

Las dos aguas

Sonata para mar y viento.

Diálogo de las aguas en el aleph de Niemeyer.

Al entrar, tus pasos rojos.

Adentro puedes contemplar el universo.

Friday, August 31, 2007

José Francisco Sucre, in memoriam

Antes de irme de viaje a Río y a Buenos Aires leí en El Nacional el obituario de José Francisco Sucre. En ese momento yo iba hacia Caracas. Recordé sus libros y me propuse buscarlos en mi biblioteca cuando regresara. Eso hice la semana pasada y releí con gusto algunas de sus páginas, especialmente las de Búsquedas y símbolos (M.E. Colección Vigilia, Caracas, 1967) y las de El marxismo en la actualidad (Edit. Doña Bárbara, Caracas, 1966).
Creo que Sucre fue un ensayista valioso, pero inmerecidamente poco conocido y estimado. En una época se le vislumbró otro destino. Oí decir que en sus tiempos de joven fue la mayor promesa intelectual de Venezuela. Por lo menos, así lo afirmaban algunos adecos de entonces como Manuel Alfredo Rodríguez, en gozoso ejercicio de la vieja manía de anticiparse a las consagraciones.
Me interesó cómo trata Sucre el tema de la naturaleza en la poesía de Juan Liscano y, en general, todos los ensayos literarios de Búsquedas y símbolos, densos y llenos de inteligentes sugerencias, de imágenes leídas, sentidas y pensadas.
Su pensamiento liberal y su condición de militante de la socialdemocracia están dignamente expresados en El marxismo en la actualidad, un libro antimarxista, lúcido, bien escrito y propiciador de un buen debate. No recuerdo con precisión, pero me parece que Carlos Rangel lo omitió (o lo ignoró) como antecedente importante de sus trabajos. ¿Le pareció demasiado socialdemócrata?
Con José Francisco Sucre (“Quico” Sucre, le decían sus amigos) se fue otro representante del grupo literario Cantaclaro. Sobrevivió sólo por unos meses a su paisano Jesús Sanoja Hernández. Juntos acompañaron a Liscano, al poeta Muñoz, a Jesús Zambrano y a Miguel García Mackle en la legendaria e incautada revista Cantaclaro. ¿Estuvo también allí su hermano Guillermo, poeta y crítico de obra fundadora y perdurable?.
Volveré sobre Búsquedas y símbolos, porque creo que es en la literatura donde se conserva mejor la pluma reflexiva y clara de José Francisco Sucre, que en paz descanse.

Tuesday, August 28, 2007

Umbral

Francisco Umbral

No recuerdo cuándo dejé de leerlo, pero sí la época en que descubrí su prosa de articulista fascinante. Fue en la Barcelona del 74 (o 75). Al enterarme de que murió esta mañana, mi memoria se trasladó de inmediato al momento en que lo descubrí en las páginas de un periódico llamado Mundo Diario, del que me hice comprador sabatino sólo para leerlo a él. Su humor y su chispeante irreverencia me habían capturado. Procuré contagiar de "umbralismo" a otras personas y creo haberlo conseguido con mi amiga Inés, del consulado. Poco después moriría Franco y la historia sería otra, por fortuna. Con el Diario de un snob Francisco Umbral se convertiría en uno los columnistas más clamorosamente celebrados de la transición y del destape. Además de prosista inteligentísimo y brillante, autor de numerosas novelas y de ensayos de enorme éxito, Umbral se fue tornando también en un "personaje" un tanto fatuo que nunca tuvo mi adhesión. Así, fui alejándome de sus páginas, pero jamás perdí el amable gusto de sus primeros libros y de los muchísimos artículos espléndidos que salieron de su pluma en los setenta. Menciono un título que conservo desde mis tiempos barceloneses: Museo nacional del mal gusto, una delicia de sarcasmo sangrante y corrosivo que guardo en mi biblioteca como un pequeño tesoro. Y una confesión final: aunque no sea una preferencia muy compartida y compartible, la Leyenda del César Visionario es uno de los libros sobre Franco que más me ha gustado.

Gracias, Francisco Umbral, por tantas horas de deleite. Y que descanses en la infinita paz que ganaste esta mañana.

Saturday, August 25, 2007

Olivia

Flores de olivo

Casi al amanecer,
Olivia.

Bienvenida.

Toda nuestra alegría y un cálido abrazo para sus padres Maito y Martín.

Thursday, August 23, 2007

Fui por Lavalle ayer

Santiago Arrieta y Mecha Ortiz

"¿Dónde están los muchachos de entonces?
Barra antigua de ayer ¿dónde está?"
(Tiempos viejos. Letra: Manuel Romero. Música: Francisco Canaro)
Comienzo a revisar los libros, discos y videos que traje de Buenos Aires. Me esperan, entre otros, Horacio González, Sergio Chejfec, Martín Caparrós, Emilio de Ipola, Abelardo Castillo, María Estela Monti, Adriana Varela, Tita Merello y hasta Isidoro Cañones. Veo ahora Los muchachos de antes no usaban gomina, película que este año cumplió 70 y cuya copia en DVD compré en una tienda de Lavalle hace unos días. Recuerdo una escena estupenda de una novela de Carlos Fuentes donde por vez primera me topé con ese viejo film. La escena ocurre en un cine de Lavalle y la novela es Cambio de piel, de donde tomo este fragmento:

"...Tomaste por Lavalle para ver las carteleras de los cines y averiguar si había nuevas o viejas películas que se te hubieran pasado. Proyectaban, sin anunciarlas, de sorpresa, viejas películas argentinas que te divertían mucho. Melodramas terribles, con muchos tangos, con mucha nostalgia de la belle époque del Centenario, con mucho folklore de los barrios portuarios. Te detuviste frente a cada cine de la treintena que hay en Lavalle; ibas vestida con un estampado de seda anaranjada y zapatos blancos de tacón alto que iban recogiendo el alquitrán y una bolsa de cuero comprada en Buenos Aires y viste los carteles y fotografías de un programa triple de Luis Sandrini y junto daban La Vuelta de rocha, con Mercedes Simone y Hugo del Carril y a ti te encantaba la música porteña en esa época y en el verano ibas a los restaurantes al aire libre de Maldonado, de Belgrano, del camino al Tigre, para escuchar las orquestas de Canaro o Pichuco; (...). Por fin te detuviste en las fotos de Los muchachos de antes no usaban gomina, que te apasionaba. Compraste el boleto en la taquilla y entraste a ese cine pequeño, estrecho, con butacas de madera altas e incómodas, donde el ruido de los ventiladores era más fuerte que el de la banda sonora y encontraste un lugar en las primeras filas. Ya había empezado la película y los dos pitucos del 900 andaban de farra y acababan de conocer a la hetaira máxima del Centenario, la rubia Mireya que era Mecha Ortiz y la pareja iba a bailar nada menos que la milonga El cisne (...) y tú querías sentirte relajada, opiada, a ver cómo la rubia Mireya, de gran cortesana, descendía con el destino inflexible del tango a vieja vendedora de flores en el arroyo, donde, desde luego, la descubren en el último rollo Arrieta y Parravicini, los galanes envejecidos. Veinticinco abriles que no volverán. Pensaste que el tango era una de las pocas formas contemporáneas de la tragedia y te levantaste".

Monday, August 06, 2007

Comité Jurídico

Eduardo Vío Grossi y Alejandra Voigt

Los chilenos en Río de Janeiro. El maestro y Alejandra.

Thursday, August 02, 2007

El Dionisos de Leblon



Anoche caminamos por la calle Dias Ferreira.

Porque Leblon fascinaba en todas las esquinas,

dimos paso a la poesía de la noche carioca.

Y fuimos, Cuchi, Elizabeth, Jean Michel, Eduardo, Mauricio y yo,

dominados por el parsimonioso Dionisos de Leblon...

Una sacerdotisa besó dos veces a Jean Michel

y nos despedimos, ya muy tarde,

alucinados,

redimidos

y felices.

Tuesday, July 17, 2007

El vicio académico

Goya, Los Caprichos

15-07-07: Escribiré un artículo sobre el vicio académico, frase que tomo de Cuchi. Se la escuché ayer en Salsipuedes, cuando hacía el café a las 6 de la mañana. Llamaré “vicio académico” al afán por los títulos, a ese desespero por acumular papeles que cunde casi con escándalo en los predios universitarios. En realidad, el vicio académico no es otra cosa que la manía por el capital curricular que tantas veces hemos denunciado en la UNEY.

El vicio académico cuenta con sólido apoyo reglamentario y financiero. Forma parte de una cultura que ha sustituido lo cualitativo por la academometría (palabra que no usaré, pero que por fea y contrahecha merece ser aplicada a los pobres universitarios de nuestro tiempo). Repito entonces: El vicio académico forma parte de una cultura que ha sustituido lo cualitativo por las mediciones. En las universidades de la decadencia se mide, se pesa y se suma y, sobre todo, se resta la inteligencia, la cultura, la imaginación y la poesía. Como en los versos de Heberto Padilla: ésas “no tienen aquí nada que hacer”. Proliferan los postgrados para satisfacer el vicio infatigable y no para incrementar el conocimiento. La proliferación incontrolada o, mejor dicho, controlada sólo por alcabalas burocráticas que la legitiman, lleva consigo un empobrecimiento humanístico y científico alarmante (alarmante para las pocas personas lúcidas que persisten en el medio, que las hay, todo hay que decirlo). Impera una especie de “feria de la alegría” en la oferta de cursos de cuarto nivel dirigida a reforzar el vicio académico y no a la solución de algún problema del país, menos aún, a satisfacer la genuina curiosidad cultural o científica que alguien pueda tener. No hay otro interés. Por eso, qué importa la pertinencia o la calidad de los postgrados que se ofrecen, qué importa la incultura de la mayoría de sus docentes y alumnos. Lo relevante es satisfacer el mercado y seguir alimentando la medianía de su oferta y su demanda. Así, el ramo se ve habitualmente enriquecido por universidades extranjeras que facilitan el voraz consumo de “doctorados” a distancia.

Quien no ha sido contagiado por el vicio es visto como un ser extraño y carente de aspiraciones. Al no formar parte del circuito, pasa a convertirse en un marginal académico, en una víctima del terrorismo curricular. Los casi impresentables reglamentos que sostienen el patético vicio lo excluyen de ascensos, reconocimientos y compensaciones, por más talento que demuestre en sus clases, investigaciones, escritos o diálogos cotidianos. O resiste buscando arduamente otros aires menos contaminados por el ridículo vicio o sucumbe ante la insistencia del medio, pasando a engrosar la nómina infeliz de los baldados mentales que copiosamente lo rodean. Habría que oponer una activa resistencia a ese demoledor trapiche académico, mediante alternativas sólidas, carentes de fetichismos normativos y aplicables de manera efectiva bajo el amparo de la experimentalidad y de la fuerza innovadora que conceden la conciencia y el talento críticos.

Si la exclusión que impunemente perpetra la (in)cultura curricular con las vocaciones e inteligencias de su propia casa constituye un torpe agravio a la justicia académica, más grave aún es el hecho innoble de que se prive a las universidades de incorporar como docentes o investigadores a personas valiosísimas, sólo por carecer del título exigido por las inflexibles normas de ingreso. El vicio académico se sostiene en un espíritu corporativo que frena cualquier intento de renovación, de cambio o de contacto con otros saberes y culturas. Ese espíritu coloniza a tirios y a troyanos, por más enconadas que sean sus diferencias políticas y amputa de realidad a las comarcas universitarias. Mientras los saberes populares y ancestrales dialogan en la calle, en los mustios cubículos de la academia se perpetúa el solipsismo. Hacerse de la vista gorda de lo que ocurre fuera de sus muros es una práctica constante de las universidades donde impera el vicio académico. Esa procaz manifestación de irresponsabilidad fue robustecida por el neoliberalismo y establecida como pauta por el Banco Mundial y sus compinches.

La deplorable tiranía del vicio académico nos ha llevado a profesionalizar todos los oficios y a redactar normas de carrera administrativa o "manuales de cargos" que exigen títulos y no competencias. Peor que eso: nos ha conducido a considerar como único propósito del sistema educativo, no la educación misma, sino la expedición de un papel que nos acredite para ejercer un cargo. Más que el conocimiento (el conocimiento precario y elitesco de antaño), al vicio académico le interesa la simulación del conocimiento.

Otra perversión, la gremial, lleva esto a consecuencias mayores: debes pertenecer al sindicato o al gremio para optar a una determinada función (con su sueldo completo) en tal o cual institución. Si no tienes el título y si no perteneces al colegio, no me importan tus conocimientos. Estás fuera de juego, o te pago menos. Conozco casos en los cuales la diferencia intelectual entre quien cumple con los requisitos de “formación” universitaria y quien no, es enorme. Siempre a favor del no licenciado o del no doctor. Esos casos son frecuentes. Desde luego, también son irritantes para quien se percata de una realidad absolutamente injusta en la distribución de los méritos y compensaciones económicas.

El vicio académico es ágrafo y áfono. Y por serlo, le disgusta el buen decir y la escritura elegante. Lo suyo son las monsergas de las revistas arbitradas que sólo circulan entre los miembros de la cofradía curricular. ¿De dónde viene el vicio académico? Viene de la deshumanización de nuestras universidades. Viene de la conversión de las casas de estudios en máquinas registradoras. Sí. Pero aún no estamos apuntando a las causas, sino a los productos. Creo que el vicio académico viene de la apropiación hegemónica del conocimiento por parte de unos pocos, quienes tienen interés en degradar al máximo a la universidad pública o en hacerse de ella para vaciarla de propósitos sociales. Aunque todavía no me satisface la respuesta, sé que ella apunta hacia una pista más segura para explicar esta miseria intelectual de nuestro tiempo, que, por fortuna, cuenta con algunas nobles excepciones que habré de reconocer y citar (conozco muy bien una experiencia contrastante) para adelantarme a la mecánica y falaz acusación de que estoy “generalizando”. Expertos en sofismas primarios, los productores y detentadores de chatarra académica no soportan la confrontación, menos aún el discurso severo que devele las penurias del modelo de conocimiento que ellos defienden o que anuncie el inminente colapso de unas universidades reñidas con la autocrítica y la renovación auténticas.
De todo eso escribiré.

Sunday, July 08, 2007

Guédez, como el río, fluye inmortal

Jesús Enrique Guédez
08-07-07: El lunes pasado me enteré de la muerte de Jesús Enrique Guédez. De inmediato me percaté de que en menos de un mes se nos había ido otro de los poetas de Tabla Redonda. Recuerdo, por cierto, que en el café que está frente a la librería Suma, hará unos cuatro años, Guédez me manifestó su dolor por el distanciamiento político con Sanoja y con algún otro compañero de generación y de antiguas luchas. Su último libro, Poemas crudos, muestra el desencanto por los viejos amigos. En una especie de ubi sunt en el que se pregunta por los revolucionarios de ayer (Balada del sí o el no), Guédez retornó a la palabra política, desacreditada y olvidada por muchos exquisitos. Nos recordó -en ese y otros poemas de su descarnado libro- que no siempre vivimos en torres verbales y que la voz poética es también la voz de los testigos. El poema está dedicado a la memoria del poeta Acosta Bello, un esteta, pero también un escritor dotado de una lúcida conciencia sobre su época.
Encuentro en Poemas crudos este deslinde del poeta Guédez con uno de sus viejos camaradas:

EL VIEJO AMIGO

El viejo amigo debe estar pensando
que yo he vivido sólo de recuerdos
cuando los hechos que vivimos cerca
se convirtieron para él en historia,
ideas de los políticos utopistas del poder
que veían pioneros en los jardines
de las mansiones de los poderosos.

Yo sólo recuerdo, no se me olvidan,
aquellos ideales, la sombra de una tarde,
la imprenta de tipos móviles enterrada
cerca de la tumba de un campesino
debajo de un árbol y a la orilla del río.

Ahora que estamos pensando mi amigo
y yo en decisiones políticas de otros,
cuando ya, viejo amigo, sólo servimos para pensar
y el cuerpo no aguanta un tramo de montaña
y la vida se nos ha complicado tanto
como yedras que trepan muros.

Para mi amigo la historia es un dogma
que explica con la máquina del silogismo.
Yo sólo recuerdo y me callo o escribo
como ahora, pensando en mi amigo.

Guédez hizo la distinción entre el recuerdo del pasado y la defensa de los nobles principios. Algunos compañeros suyos de generación se enorgullecen de haber cambiado de opinión, como si Guédez no lo hubiera hecho también muchas veces. De lo que no cambió Guédez fue de ideales y de afectos. Los renovó, los enriqueció, los puso a prueba y siguió soñando y soñándolos:

Entonces, ustedes, señores
que escogieron vivir su muerte,
déjennos, por nuestros hijos y por todos los que
todavía no saben nada de esto
y no tienen por qué saberlo,
déjennos soñar la vida, es nuestra, nos la dieron
nuestros padres
una noche de amor
para que la viviéramos amando
y sigan ustedes por ahí viviendo sus muertes
que a nosotros no nos van ni nos vienen.

Leo una semblanza que de sí mismo hizo el poeta y copio estas líneas espléndidas: "Pasó su infancia en Puerto Nutrias, donde aprendió a nadar, selló su pacto con Dios y vio la primera mujer desnuda. Eso es todo. Lo demás le ha venido por obra del medrador azar"

Director de cine, poeta y luchador, Guédez era sobre todo humilde, creo que verdaderamente humilde. Ahora podemos ir a Puerto Nutrias y decir con él:
El río fluye inmortal.

Friday, June 29, 2007

Gilberto Gil magistral

Gilberto Gil en el Seminario sobre Diversidad Cultural
Gilberto Gil no sólo pronunció un brillante discurso en la apertura del Seminario Internacional sobre Diversidad Cultural que se está realizando esta semana en Brasilia, sino que al finalizar las sesiones del día miércoles, sin que estuviera previsto, salió a cantar con el grupo que amenizaba el coctel de bienvenida a los participantes del seminario.

Fue un verdadero privilegio para quienes allí estuvimos.

Muito obrigado.

Sunday, June 24, 2007

Loyola

Angel C. Loyola


El paisaje y la alegría habitan la letra de Puerto Miranda.

Sus versos contienen la anchura de los ríos, el vuelo preciso de las aves, el arpa y sus arpegios, el sonido irreverente de los barcos, las muchachas del lugar cuando buscan casamiento y también el nombre de los ríos.

Recuerdo que Arnaldo Acosta Bello me habló del río Portuguesa, al que por su anchura en esa zona, lo apodan “la Portuguesa”, como muy bien lo llama “Angelcé” en la canción que escucho ahora.

Arnaldo nació en Camaguán y conocía entrañablemente sus esteros, sus ríos y sus mujeres.

No he ido nunca al Matiyure, pero tengo en mi memoria el relato que un día me hicieron el poeta Barrios y Florencio Sánchez cuando se acercaron a sus aguas y lo navegaron.

En la canción de Loyola la garza morena está volando hacia el Matiyure y en su vuelo incesante me detengo.

P.D:


“Llegando a Puerto Miranda
encontré el consuelo mío:
muchachas, tierras y arpa
con la majestad del río.
Vi volar la garza blanca.
Junto con garzón pionío,
salió la garza morena
con el pescuezo tendío.
Volando hacia Matiyure,
verdad, mi vida querida,
con despacio y sin desvio,
con despacio y sin desvío,
así va la garza blanca,
tú lo debes comprender,
volando en el medio ´el río,
volando en el medio ´el río.
Quien te ve Puerto Miranda
te armira por tu belleza
de tus lindas corocoras
y esas garzas paletas
que se paran en las playas
tan bonitas, tan extensas.
El Ruende, brazo de Apure,
también es la Portuguesa
los que le caen a tu río,
entonces, Puerto Miranda,
en esa anchura inmensa,
en esa anchura inmensa,
en donde llegan los barcos,
verdad, mi vida querida,
sonando las chapaletas".

Wednesday, May 30, 2007

El indiscreto encanto de la diversidad


1. La biodiversidad es un tema de la diversidad cultural y viceversa. Pienso, además, que seguir manteniendo una separación entre ambos conceptos es privarnos de un conocimiento integral y amplio acerca del grave problema que hoy nos ocupa. Tal vez ese problema tiene entre sus causas la visión unidimensional de que ha sido objeto. Mirar de modo parcial a la naturaleza forma parte de los hábitos de una cultura que se ha creído (y se cree) única. Esa cultura produjo (y produce) una ciencia y una técnica que se "legitiman" a sí mismas y que desconocen otras perspectivas, otros saberes u otras maneras de asumir la vida.

2. Debemos llamar a las cosas por su nombre: la poderosa máquina destructora de recursos naturales y de culturas cosecha hoy resultados y quiere, incluso, vendernos los desechos, mientras con profesional cinismo descarga en otros sus innegables culpas. Haber convertido todo en mercancía (aire, tierra, agua, bosques, culturas) es una inexorable consecuencia de las llamadas leyes del mercado. Todo fue intervenido por su poderosa mano indolente, pero una retórica difundida por sus medios de comunicación pretende liberar de responsabilidades a esa mano e imputar a la naturaleza misma. En materia de avilantez y de descaro ningún sistema parece igualarlo. Corrijo. Los socialismos reales, en otro terreno, han llegado a aventajarlo.

3. Si la diversidad cultural fuese algo más que un enunciado, otro gallo cantaría en materia ecológica. El reconocimiento de los saberes ancestrales nos proporcionaría otro trato con la naturaleza, un trato muchísimo más amable, desde luego. Pero de ese vínculo genuino hemos sido privados permanentemente por la dictadura impasible del capital. No por azar el centro hegemónico del capitalismo se ha opuesto por igual a la ratificación del Protocolo de Kyoto que a la aprobación de la Convención de la Diversidad de la Cultura.

4. Convivir con los otros y con la naturaleza es una cultura del humanismo y es a la vez un naturalismo de lo humano. El capital desconoce esa elevada forma de vida, no porque no la piense, sino porque es incapaz de sentirla.

5. El caso del etanol en los pueblos del maíz y el de las papeleras en Gualeguaychú iluminan hoy escenarios donde la beligerancia entre lo rentable y lo habitable (o entre el negocio y la vida) representa un desafío crucial para la supervivencia. ¿Hemos hecho lo necesario para que esas controversias sean más un hecho de la cultura –como debe ser- que de la política o la economía?

6. Pienso que el tema del calentamiento del planeta es también (o sobre todo) un tema de la poesía. Tiene la palabra el camarada Valente:

Cruzo un desierto y su secreta desolación sin nombre

Saturday, April 28, 2007

...si lo hubiera narrado Víctor Hugo


Para su grandeza total, al soberbio gol maradoniano de Messi sólo le faltó la narración irrepetible de Víctor Hugo Morales. Nadie es perfecto.

En España se quiso compensar esa carencia de este modo:

AS: El Getafe sufrió a Diego Messi

"El diario reproduce la voz de Manolo Lama en la Cadena SER: La va a tocar para Leo: ahí la tiene Messi; lo marcan dos, pisa la pelota Messi. Arranca por la derecha el genio del fútbol mundial, y deja el tercero ¡y va a tocar para Gudjohnsen! Siempre Messi ¡Genio! ¡Genio! ¡Genio! Ta-ta-ta-ta-ta-ta-ta ¡Gooooool! ¡Gooooool! ¡Quiero llorar! ¡Dios santo! ¡Viva el fútbol! ¡Golaaazo! ¡Leooooo! ¡Messiiiiii! ¡Es para llorar, perdónenme! Messi, en una corrida memorable, en la jugada de todos los tiempos, barrilete cósmico, ¿de qué planeta viniste?... Donde dice Leo y Messi antes decía Diego y Maradona. Donde dice Gudjohnsen antes era Burruchaga. Y, claro, antes era una semifinal de un Mundial, mientras que anoche todo se limitaba a una semifinal de la Copa del Rey. Pero esto no quita que el gol de Messi -el primer gol de Messi, que luego hizo otro, enorme, estelar- merezca el honor de ser recordado parafraseando al uruguayo Víctor Hugo Morales, la voz que inmortalizó el golazo de Maradona a Inglaterra en México-86".

(Fuente: EL PAIS, Madrid)

Monday, April 09, 2007

El "inhallable" Deustua


08-04-07: En mis manos la antología de poetas peruanos que hizo Reynaldo Jiménez (El libro de unos sonidos. 37 poetas del Perú. Edit. tsé tsé, Buenos Aires, 2005). La conseguí hace poco en Buenos Aires. Creo que es excelente. Gracias a ella estoy leyendo a ese gran poeta que fue Raúl Deustua, el poeta "inhallable", según el decir de Mirko Lauer y Abelardo Oquendo. Sobre Deustua escribió entusiastamente Américo Ferrari, de quien, por cierto, también hay poemas en esta antología de Jiménez.

Raúl Deustua nació en 1921, al igual que Eielson y Sologuren, otros dos grandes. En 1949 se fue del Perú y no volvió jamás. Vivió en Nueva York y de allí se trasladó a Europa, siendo Ginebra, Viena y Roma las ciudades de sus sucesivos domicilios. También estuvo un tiempo en Nairobi, según los datos biográficos que menciona Jiménez. Murió en Roma en el 2004.

Paso rápida revista por mi memoria y concluyo que no recuerdo ninguna antología de poesía hispanoamericana que lo incluya. No está en la de Pellegrini. No está en la de José Olivio Jiménez. No está en la de Cobo Borda ni en la de Julio Ortega. No figura tampoco en la de Guillermo Sucre ni en la de Rodríguez Padrón. Supongo sí que debe aparecer en todas (o casi todas) las antologías de poetas peruanos. Ya todo esto me lo confirmará Gonzalo Ramírez, quien anda tras la caza de Deustua desde hace algún tiempo.

A Deustua lo conocía sólo por la Antología General de la Literatura Peruana de Sologuren, donde aparece un poema titulado Poema que subrayé en su momento porque me pareció apretado, inolvidable, prodigioso. También por unos fragmentos de Arquitectura del poema (1955), legendario primer libro, cuyo mínimo tiraje lo hace hoy en día codiciable pieza de colección.

En la antología peruana de Reynaldo Jiménez hay un poema rimado de nuestro autor que empieza así:

Esta es mi voz de incurable permanencia
devuelta a la forma del sol que me desvía
entre viejos y roídos telares de Florencia.
Vivo oculto al ay primero, a la rueda del tranvía
que es la O de Giotto
y una exacta columna de mi ausencia.

Me quito el sombrero ante la majestad de esas imágenes y ante esa "exacta columna de mi ausencia". No digo más.

¿Qué dijo Américo Ferrari de Raúl Deustua? Dijo esto: “La esfera poética de los versos de Raúl, existente, transparente, acerada y en las fronteras de la quietud, morada del verbo calcinado, vía por donde pasa el hombre nocturno en busca del centro luminoso e inalcanzable, morada a su vez de la aventura y del sigilo: sello, símbolo y signo oculto en su propia materia (…).”

Busco la antología de Sologuren para releer Poema.

Termino de fumarme un habano Bolívar. Lleno de humo y de recuerdos gratos copio versos de Raúl Deustua y me los voy repitiendo en alta voz :

POEMA

Un poema, la ruta del milagro
nocturno, la misma metáfora, algas
de un mar cansado, palpitante apenas,
gastado por el hombre, por la técnica
violada, rota por el incesante
conocer, recordar un alba ciega.
¿Adónde me conducen esas huellas?
Unas y otras son ecos lejanísimos,
trenes cargados, vías también ciegas.

Friday, April 06, 2007

Por la Casa Amarilla y por Diego

Lázaro Alvarez en la Casa Amarilla

La más famosa narración de gol de la historia es, sin duda, la que hizo Víctor Hugo cuando Maradona dejó atrás a todos los ingleses que se encontró en el camino aquel memorable día de 1986 en México. Víctor Hugo nos legó en esa ocasión una frase que hoy en día sirve para dar nombre a revistas literarias, a clubes deportivos o filosóficos y hasta para hacer un imprevisto piropo callejero: "Barrilete cósmico, de qué planeta viniste". Cualquier interesado puede escucharla bajándola por internet cuando guste, ya que muchas páginas de la red incluyen esa pieza antológica de la narración deportiva. No obstante su valor indiscutible, tengo para mí que la mejor manifestación de grandeza en el género la tuvo el propio Víctor Hugo cinco años antes. Con esa narración inigualable, metatextual a ratos, teatral en algún punto, minuciosa, onomatopéyica, pero también verbalmente prodigiosa, he dado clases de literatura y deportes, y de literatura a secas. La transcribo de seguidas:

Domina la pelota Comizzo, media vuelta para Ramón Díaz, la marca Córdoba, la marca Krazouski, gana Córdoba, se lleva la pelota, tres hombres por el camino, un cuarto que es Passarella. ¡Qué bien, pero qué bien, qué bien Córdoba! Arranca con todo por derecha y atrás viene Maradona por el tercero. Siempre Córdoba, se frena, se demora, permite que se acomode River, viene para Maradona, la domina cara a cara, escapa, ta ta ta ta ta ta ta, que sea que sea que sea que sea, ¡gol gol gol gol gol gol! ¡gooooolll! ¡goooollll! ¡gooooollll de Boca!.

¡Maradona! ¡Diego Armando Maradona!, el mejor jugador de fútbol del mundo, tras una jugada inolvidable de Córdoba que arrancó de izquierda a derecha, puso el centro para Maradona, la paró con la punta del zapato izquierdo y cuando le salió Fillol la enganchó, después pensó: que a la derecha, que a la izquierda, qué dónde la pongo, y Maradona eligió tocarla abajo sobre el parante izquierdo del arco que da a la vieja Casa Amarilla. Y les doy tantos, pero tantos datos porque pasarán muchos y muchos años y los hinchas de Boca seguirán hablando de este gol de ¡Diego! ¡grande! ¡Armando! ¡más grande! ¡Maradona!

Víctor Hugo Morales

(Abril de 1981, bajo la lluvia, “Cacho” Córdoba y Diego dejaron boquiabiertos no sólo al "pato" Fillol y al "conejo" Tarantini, sino a toda la Bombonera. Fue el primer clásico de Maradona).

P.D: Vladimir Delgado colocará muy pronto el audio de esta obra maestra de la narración.

Sunday, April 01, 2007

Sabineana (y IV)

Fuente de las Nereidas de Lola Mora. Costanera Sur

En Buenos Aires tengo más de lo que quiero,
pero lo que quiero nadie me lo da.

Buenos Aires: sos el sueño más porteño de Madrid.

(Joaquín Sabina en el Gran Rex)

Sabineana (III)

La Barra Brava acaba de salir de La Bombonera. Domingo, 18-03-07

De González Catán, en colectivo,
a la cancha de Boca, por Laguna,
va soñando -"Hoy ganamos el partido"-
la niña de los ojos de la luna.

Los muchachos de "la doce" más violentos,
cuando la "junan" en la Bombonera,
le piden a la Virgen de los Vientos,
que le levante a Paula la pollera.

(Joaquín Sabina, Dieguitos y Mafaldas)

Primera anotación del otoño

Palermo. Martín camina.

Caminar por Buenos Aires y sentir que se recorren las calles de viejas lecturas o de ciertas voces oídas en la infancia.

Asomarse a una esquina y ver que la casa que estaba ya no existe. El año pasado había una placa que indicaba que él había nacido allí. Hoy sólo queda el anuncio brutal de la demolición.

Ir por Santa Fe y dejarse llevar por sus murmullos. No sé qué verso saldrá algún día de mi memoria para encarnar en esos pasos. Siento que seguiré caminando por Santa Fe hasta que se cumpla algún destino.

Entrar al pasaje Güemes de la mano de Cortázar y salir lamentándome por parecer ahora más fama que cronopio.

Mirar el cielo y no ver la Cruz del Sur como en La Plata, majestuosa e imponente o, mejor todavía, viva y unánime como estaba en Gualeguaychú el lunes pasado.

Sentir que en Palermo él ya no está más, salvo en una esquina de la calle que ahora lleva su nombre.

Sospechar que algo me está esperando en San Telmo y saber que no estaré allí para descubrir de qué se trata.

Pronunciar en voz baja un título de Mujica Láinez: Misteriosa Buenos Aires.

Buscar el alma de Troilo, entrada ya la noche, en algún árbol de la calle Paraná, con la certeza de que hoy me iré a dormir sin bandoneón y de que el tango predilecto de Cuchi lo compuso Pichuco.

Saber que hubo noches de bastones largos y anotar que hace unas horas recordábamos a Rodolfo Walsh.

Admirar las flores de los palos borrachos. Nada más.

Desayunar con tres medialunas de manteca, café y jugo, en el Florida Gardens y escribir que hoy, 21 de marzo de 2007, puedo saludar tímidamente a la primavera en el otoño.