Tuesday, September 28, 2004

Saturday, September 18, 2004

Thursday, September 16, 2004

Me alojo en la noche

16-09-04:

Leo un libro sobre los grandes bohemios de París y me encuentro con esta joya:

“Dos hombres suben por la rue Didot, en París, en el distrito XIV. Apenas tienen veinte años. Son compañeros de clase. Caminan rápido por la acera, sin mediar palabras. / A su izquierda, el hospital Broussais exhibe sus flancos de muralla. Pasan el soportal, atraviesan una alameda que les conduce a un edificio y luego a otro, hasta llegar a una gran sala alargada donde se les ruega que esperen. El hombre a quien buscan, un antiguo presidiario reincidente, no se encuentra allí. / Se informan. Tienen que esperar. Por fin, una enfermera los conduce a una habitación bastante amplia en la que se hacinan seis camas de hierro a un lado y otro de una ventana que da al jardín./ El hombre que ellos han venido a ver ocupa la cama del medio, a la derecha de la ventana... Su identidad está escrita en una placa, encima de la almohada. Tiene el pelo gris, mirada de fauno, una frente amplia, la barba le brota cono la mala hierba. Lleva un gorro y una camisa basta con el nombre del hospital marcado (...).

Un año después, el hombre ya ha salido del hospital Broussais. Anda con dificultad, apoyándose en un bastón. En una calle de Montmartre, se cruza con uno de los jóvenes que le visitó y no lo reconoce. Este se detiene y se presenta. Hablan un instante. / `Invíteme a un trago`, le pide el antiguo presidiario. / (...) Entran a un café y piden.

-¿Dónde vive?- pregunta el estudiante.
El otro se encoge de hombros con tristeza.
-Yo no vivo en ningún sitio. Me alojo en la noche.

Así hablaba el poeta. No fue a finales de este siglo sino del anterior. El hombre sin domicilio es Paul Verlaine. Los que lo escuchan, Pierre Louÿs y André Gide. Hoy, Verlaine dormiría en el metro.

La miseria tiene los colmillos afilados.”
(Dan Franck, Bohemios, Ollero y Ramos, 1999).

Wednesday, September 15, 2004

Ejercicios de estilo

15-09-04:
En esta habitación, a esta hora de la mañana, deambulan las letras que no he escrito, los libros que pensé y no hice, los personajes esbozados alguna vez y dejados a medias por desidia o porque habrá tiempo y ánimo algún día, qué sé yo. Hoy, por ejemplo, se me aparecieron Toto De Lima y el Turco, diciéndome que no querían seguir siendo apariciones fugaces en mis ejercicios de estilo, que cómo era eso de que yo los redujese a figuras que entran a un autobús a una hora exacta o que llevan una barba cuidada o descuidada y se sientan a la mesa de un bar a tomarse una cerveza. Los dejé hablar, mientras yo escribía esta nota que ellos leían sobre mis hombros. Vociferaron y se fueron. Ahora cantan pájaros que no reclaman y dan los buenos días.


Tuesday, September 14, 2004

Los Browning

14-09-04: Leer a Elizabeth Barrett Browning. Leer a Robert Browning. De la primera recuerdo su texto dedicado al dios Pan. Del segundo, recuerdo algunas cosas que de él se han escrito, por su monólogo dramático, por el “yo elocutivo”. Eran ingleses y poetas. El elogió la obra de ella. Se casaron y se fueron a vivir a Florencia. Allí murió Elizabeth, tuberculosa. Robert Browning escribió un poema donde nos invita a envejecer con él, porque nos aguardan tiempos mejores. Leer a Elizabeth Barrett Browning. Leer a Robert Browning. De la primera recuerdo...

Monday, September 13, 2004

Alfredo Gangotena

13-09-04: Cuchi comenzó a hacer unos arreglos en mi biblioteca. Ahora puedo entrar a una parte que me estaba vedada. Hoy, al amanecer, lo hice. Buscaba a Stevens, pero conseguí a Alfredo Gangotena. Se trata de una publicación ecuatoriana, un folleto apenas, con diez poemas, uno de los cuales es de Supervielle, en homenaje a Gangotena. Allí le dice: “No prestes atención, Gangó, a todas esas olas del mar,/ ¿Cómo podrían separarnos con sus crestas efímeras,/ ¿y sus renacimientos puestos a abortar?/ Pero, ¿qué pasa, Gangó, en la americana montaña,/ y por qué no vienes a la llamada de tus amigos?/ ¿Piensas que te olvidamos/ de este lado del mar?/ Deja, pues, que te envíe, a ti que sueñas con Francia,/ una onda del Sena en la que se refleja Vétheuil,/ a la hora del río cuando la arena/ es más dulce en el fondo del río”.

Dejo los poemas del ecuatoriano para más tarde. Son tragos vespertinos. Quizá, nocturnos. Los pájaros van y vienen. Vaivén de la mañana. Oigo caer el agua que baña a Cuchi. Escribo esta nota sólo para verme en una película donde alguien escribe esta nota y oye pájaros y oye bañarse a su mujer.

Sunday, September 12, 2004

Leonardo Ruiz y la albahaca

12-09-04: Me regaló Leonardo Ruiz su libro Fragmentos de un libro del poeta perdido. Le leo a Cuchi, mientras cocina, el poema La albahaca y le gusta. Me dice que lo va a copiar para colocarlo en un lugar destacado en Salsipuedes. Este es el poema:

Con su olor a patio siempre nuevo/ circunda este pedazo de recuerdo,/ lo cerca con detalles muy finos/ y elevados./ Es una voz indiferente/ plegada a otros arbustos,/ un dibujo común y corriente/ trazado en la conciencia/ y en la lengua.// Puedo llevar a mis labios/ o estrujar entre los dedos/ esta palabra,/ el más humilde de los triunfos.

Friday, September 10, 2004

Angel Rama y la vivencia oblicua

10-09-04: Mañana y nubes. El paso de “Iván” nos ha traído lluvias. Canta un pájaro a lo lejos. Es el pájaro de ayer. El de anteayer. El de siempre. El pájaro de la casa.

En el libro sobre los 30 años de la Biblioteca Ayacucho que presentamos el martes pasado está incluida una carta de Darcy Ribeiro a Angel Rama que termina con un párrafo terrible: “Escríbeme, preciso de ti muy vivo y muy lúcido hasta octubre de 1983, cuando moriré”. La carta es de fecha 25 de febrero de 1976. Angel Rama moriría en noviembre de 1983, precisamente, unos días después de finalizado el mes de octubre, término deseado por Ribeiro para contar con un Rama “muy vivo y muy lúcido”, pues él, Darcy Ribeiro moriría en esa ocasión. ¿La vivencia oblicua de Lezama Lima en su apogeo?.

Thursday, September 09, 2004

Hobsbawm

09-09-04: Aún no son las cinco de la mañana. Lectura de unas páginas de la autobiografía de Eric Hobsbawm. En la introducción encontré esta imagen de Alejandría, ciudad en la que nació el historiador, en 1917: “Egipto, país al que estoy vinculado de por vida por las cadenas de la documentación oficial, no constituye una parte de mi existencia. No recuerdo absolutamente nada sobre él, a excepción, posiblemente, de una jaula de pájaros pequeños del zoo de Nouzha, y un fragmento impreciso de una canción griega, que quizá me cantara una nodriza helena”. Jaula de pájaros pequeños. Canción griega. Nodriza helena. Mucho, mucho para la imaginación, para la poesía. Fragmentos para ir construyendo sobre ellos un discurso amoroso. No otra cosa es la memoria.

Sunday, September 05, 2004

El Azar concurrente

El Azar concurrete

Luis Buñuel

05-09-04: Un sacerdote habla desde el púlpito. Lo reconozco. Es Luis Buñuel. Después es una monja. La reconozco. También es Luis Buñuel. Estoy viendo un documental sobre su vida. Abundan los testimonios de sus amigos y las imágenes de sus películas. Hablan sus hijos Juan Luis y Rafael. Habla su médico y amigo Barros. Habla Carlos Saura. Habla Pepín Bello. Habla Carlos Fuentes. Habla Silvia Pinal, Habla Paco Rabal. Habla Jean Claude Carriére. Habla Michel Piccoli. Habla Serge Silberman. Habla Angela Molina. “Cúbranla, cúbranla” decía Buñuel cuando Angela terminaba de grabar una escena donde aparecía desnuda. Habla Andrea Valeria. Habla Lucía Bosé. Veo una escena de El Angel Exterminador y dice Carlos Fuentes: “Hay allí una crítica de la burguesía mexicana sumamente fina”. Habla Jacqueline Andere. Habla Paco Ignacio Taibo. Silvia Pinal le preguntó a Buñuel por qué hacía trizas el violoncelo y él le respondió: “Porque yo detestaba a Pablo Casals”. “Llegó un día Marilyn Monroe a visitarnos”, dice Jacqueline Andere. Se refiere a la filmación de El Angel Exterminador. Buñuel en San José de Purúa, escribiendo un guión, recuerda: “A veces veo pasar un caballo. A veces una mujer desnuda”. “Toledo era para él el centro de muchas cosas”. Quien habla ahora es Eduardo Ducay, productor de Tristana. Veo a Catherine Deneuve caminando con muletas. Veo a Catherine Deneuve asomarse a la ventana y abrirse el vestido para mostrar sus pechos. Buñuel observa detrás de unas ramas. Habla Claudio Isaac y cita a Hitchcock cuando éste comparó a los actores con ganado. Cita a Buñuel corrigiendo a Hitchcock: "Peor que ganado. Son cucarachas". Habla Carol Bouquet. Stephane Audran dice: “Buñuel era un niño”. Habla Elena Poniatowska. Y habla Luis Buñuel. Según su esposa Jeanne sus últimas palabras fueron “ya me muero”. Lo acaba de decir Jean Claude Carriére.

¡Un buñueloni a la salud eterna del genio aragonés!

Saturday, September 04, 2004

El diario es la novela

Son las cinco y cinco de la mañana. La marquesa salió hace cinco minutos. Y ahora que lo digo me percato de que estas anotaciones son en realidad una novela, una novela a la que vengo dándole largas, a la que vengo quitándole espacio y tiempo y escondiéndola con referencias banales a un personaje de ficción que lleva mi nombre y mi apellido y que se desenvuelve en escenarios semejantes a los míos. No sé por qué me había olvidado de aclarar el verdadero objetivo de estas líneas. Uno se entretiene algunas veces y divaga, divaga por veredas que nos sacan del camino real. Claro, no tanto como en este caso, que ya va para dos lustros y que es prueba de un enorme despiste que debería preocuparme. Debería, digo, porque aún no me preocupa. No estoy muy seguro de que la lucidez de este instante llegue a rescatarme de una distracción tan prolongada.

Ya pasó.

Vuelvo a lo de siempre.

Todavía está oscuro. Cuchi duerme. Me levantaré en este momento a hacer el café.

Ya hice el café. Mientras esperaba, leí tres páginas de “Lenguaje y silencio”, de George Steiner, las tres primeras páginas del ensayo “El milagro hueco”. Ese ensayo será uno de los materiales que trabajaré con Ele para el tema de la palabra dentro del grupo Alción.

Esta es la mañana nueva. Esta es de nuevo la mañana. Esta es la mañana, la palabra inicial, la reiteración de los afanes, la diosa ambarina que despunta.

Friday, September 03, 2004

Idea Vilariño

Hoy se me ha aparecido dos veces la poesía de Idea Vilariño. La primera, en mi correo electrónico. Me llegó un email de Enfocarte con “el poema de la semana”. Era un soneto doloroso de Idea Vilariño. Lo copio:

El mar no es más que un pozo de agua oscura,
los astros sólo son barro que brilla,
el amor, sueño, glándulas, locura,
la noche no es azul, es amarilla.

Los astros sólo son barro que brilla,
el mar no es más que un pozo de agua amarga,
la noche no es azul, es amarilla,
la noche no es profunda, es fría y larga.

El mar no es más que un pozo de agua amarga,
a pesar de los versos de los hombres,
el mar no es más que un pozo de agua oscura.

La noche no es profunda, es fría y larga;
a pesar de los versos de los hombres,
el amor, sueño, glándulas, locura.

Después abrí –como de costumbre- las páginas literarias de La Jornada. Y allí estaba esperándome Idea Vilariño. La Jornada Semanal trae una entrevista que le hizo Elena Poniatowska en el año 2001. La visitó en su casa de Montevideo, donde Idea vive con su hermana Poema. Me entero por la entrevista que el padre de Idea Vilariño, llamado Leandro Vilariño, era poeta, admirador de Julio Herrera y Reissig y de José Asunción Silva. Además de Poema, Idea tiene otros hermanos que se llaman Alma, Azul y Numen. Sin duda Leandro tenía un gusto definido. Numen Vilariño es, según informa la Poniatowska, un destacado pianista. Idea habla de su célebre libro “Poemas de amor”, dedicado a Juan Carlos Onetti. Dice que no todos los poemas de ese libro fueron escritos para Onetti. Los que sí fueron escritos para él son “los más dolorosos o desolados. Idea aclara: “No porque aquel amor fuera así, sino porque fueron escritos en momentos así”.

La entrevista trae algunas fotos de Idea Vilariño.

Idea Vilariño escribió este poema memorable que he leído en varias antologías de poesía. Benedetti lo incluyó –recuerdo- en su “Poesía amorosa de Hispanoamérica”:

Ya no será
ya no
no viviremos juntos
no criaré a tu hijo
no coseré tu ropa
no te tendré de noche
no te besaré al irme
nunca sabrás quién fui
por qué me amaron otros.
No llegaré a saber
por qué ni cómo nunca
ni si era verdad
lo que dijiste que era
ni quién fuiste
ni qué fui para ti
ni cómo hubiera sido
vivir juntos
querernos
esperarnos
estar.
Ya no soy más que yo
para siempre y tú
ya
no serás para mí
más que tú. Ya no estás
en un día futuro
no sabré donde vives
con quién
ni si te acuerdas.
No me abrazarás nunca
como esa noche
nunca.
No volveré a tocarte.
No te veré morir.

Elena Poniatowska nos dice que es difícil entrevistar a Idea, “tal parece que no cree en las preguntas, no cree en las respuestas, no cree en nada. Hago las preguntas de cajón a las que responde sin entusiasmo, sólo por cortesía y porque finalmente todos nos vamos a morir y eso tampoco importa. Repaso mentalmente su poema: `Lejano infancia paraíso cielo/ oh seguro, seguro paraíso/ no quiero ya no quiero/ la sucia sucia sucia luz del día.`" .

Juan Carlos Onetti, Idea Vilariño. Tragos difíciles, sin duda. Soles negros de la melancolía, “tristezas infinitamente perfectas”, como escribiera el primero en ese extraordinario libro llamado La vida breve.

Paradoja

Hoy he llegado a esta isla que bauticé de inmediato con el nombre de un viejo amigo. Me percaté después de que había incurrido en una evidente paradoja. La isla está superpoblada. Ahora me asalta una duda: creo que no se trata en realidad de una isla. Que el viejo Robinson me perdone