Tuesday, September 27, 2011

¿Por qué defender a la UNEY?

Vladimir Delgado, presidente de La COMUNEY

El 1 de septiembre de los presentes, apareció publicada la siguiente resolución en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela No. 39.748:
 

Resolución No 1374 Caracas 01 SEP 2011
AÑOS 201 y 152
De conformidad con lo dispuesto en los artículos 104 y 105 del Reglamento General de la Universidad Nacional Experimental de Yaracuy (UNEY), en concordancia con el artículo 190 de la ley de Universidades.
POR CUANTO
El Reglamento General de la Universidad Nacional Experimental de Yaracuy (UNEY), establece que corresponde a la Ministra o Ministro del Poder Popular para la Educación Universitaria la designación de los distintos Organismos de Gobierno de esa Universidad, hasta tanto el Ejecutivo Nacional verifique el cumplimiento de los requisitos de organización y funcionamiento de los mismos,   
RESUELVE
ARTÍCULO 1. Designar como autoridades que conformarán el Consejo Universitario de la Universidad Nacional Experimental de Yaracuy (UNEY), a las ciudadanas y el ciudadano que a continuación se identifican: YANIRA AUXILIADORA LÓPEZ ZORRILLA, titular de la cédula de identidad No 4.543.214, como Rectora; MANUEL EMILIO MILLA PINO, titular de la cédula de identidad No  7.557.851, como Vicerrector y LYLE ISABEL RODRÍGUEZ VALERO, titular de la cédula de identidad No  7.512.773, como Secretaria General.
ARTÍCULO 2. Delegar en el Viceministro de Desarrollo Académico la juramentación de las ciudadanas y al ciudadano, de cumplir la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, las leyes de la República, los deberes inherentes al cargo y rendir cuentas del mismo en los términos y condiciones que determina la ley.
ARTÍCULO 3. La presente Resolución entrará en vigencia a partir de la fecha de publicación en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela.
ARTÍCULO 4. A partir de la fecha de publicación de la presente Resolución en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela, se deja sin efecto la Resolución No 3.300, de fecha 11 de noviembre de 2008, publicada en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela No 39.056, de la misma fecha.
Comuníquese y Publíquese,
MARLENE YADIRA CÓRDOVA
Ministra del Poder Popular para la Educación Universitaria

 
Ahora bien,  antes de exponer mis razones, debo obligatoriamente transcribir los artículos del Reglamento General de la UNEY, a los que la referida resolución hace mención:
 
Titulo X
Disposiciones Transitorias y Finales
Artículo 104.- Hasta tanto el personal y el estudiantado cumplan con los requisitos para la integración de los distintos Consejos de Gobierno y, en cualquier caso, durante los primeros ocho (8) años de funcionamiento de la Universidad, desde el 29 de enero de 1999, fecha de promulgación de este Reglamento, los integrantes de los distintos organismos de gobierno, incluidos los integrantes del Consejo Universitario y del Consejo Ejecutivo Universitario, serán designados directamente por el Ministro de Educación Superior, con personal académico de otras instituciones que reúna los requisitos señalados en este Reglamento o con aquellas personas que considere apropiadas.  Entre tanto, el Consejo Ejecutivo Universitario designará los miembros del cogobierno estudiantil y profesoral mediante el ensayo de modalidades de participación profesoral y estudiantil en los diversos programas académicos de extensión e investigación.
Artículo 105.- El período de puesta en marcha y consolidación de la institución estará a cargo de las autoridades que a tal efecto designe el Ministerio de Educación Superior, en los términos y condiciones que establezca dicho despacho.
   
Entonces, ¿por qué defender a la UNEY?:  
 
Porque la resolución es inmotivada e intemporal.  Fue hecha en período vacacional lo que dio como resultado la necesidad de corregirla el 05 de septiembre, indicando que entraba en vigencia a partir del 15, cuando finalizaba nuestro período vacacional, y no desde el 1º de septiembre según se estableció en la resolución primera.  Tampoco existen motivos explícitos para el cambio, más allá de la cita de dos artículos del Reglamento General de la UNEY que más adelante revisaremos.  
 
Porque el propio Viceministro de Desarrollo Académico, Rubén Reinoso, dijo: "Este cambio no responde ni a una valoración negativa de la gestión de Freddy Castillo, ni a una evaluación de esta institución...".  Por tanto el Ejecutivo Nacional no se tomó la molestia de verificar el cumplimiento de los requisitos de organización y funcionamiento de los Organismos de Gobierno de la Universidad, según mencionan en la resolución donde se establece el cambio de autoridades.  
 
Porque la Ministra Yadira Córdova dijo: "Nosotros tenemos otros planes para Yaracuy", y la comunidad uneyista desconoce a quienes se refería con nosotros, así como tampoco conocemos de los planes que dicen tener para el estado o para la UNEY.  
 
Porque ante los inconfesos planes de la Ministra Córdova, debemos defender nuestros propios planes y espacios, forjados durante estos casi 13 años de arduo trabajo.

Porque el artículo 104 del Reglamento General de la UNEY, otorga la potestad al otrora Ministro de Educación Superior, durante los primeros ocho (8) años de funcionamiento de la Universidad, a partir de la promulgación del Reglamento, período que venció en Abril de 2011, en tanto que el Reglamento fue publicado el 8 de abril de 2003, en la gaceta No. 37.667.   
Porque el artículo 105 del Reglamento General de la UNEY, reza que "El período de puesta en marcha y consolidación de la institución estará a cargo de las autoridades que a tal efecto designe el Ministerio de Educación Superior", y fue ésta la base para que el entonces Ministro de Educación Superior Luis Acuña,  ratificara a las autoridades y estableciera un período de cuatro años, comenzando a partir de la publicación de la resolución de No 3.300, de fecha 11 de noviembre de 2008, publicada en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela No  39.056, de manera tal que esta consolidación finalizara en noviembre de 2012.
  
Porque se designaron a personas absolutamente ajenas a la UNEY, quienes claramente manifestaron su distancia con nuestra universidad, durante sus intervenciones en la asamblea realizada el día jueves 22 de septiembre, con expresiones tales como "ustedes y nosotros" y "esta universidad".   
 
Porque esa designación es una negación del derecho de los profesores de nuestra comunidad, quienes tienen hasta más de doce (12) años trabajando y formándose de acuerdo con nuestros principios y valores, so pretexto de una malentendida "lógica endogámica".  
 
Porque no podemos aceptar que se nos niegue la posibilidad de hacer elecciones  -o de ensayar formas distintas de participación en la designación de nuestro propio gobierno- ,
alegando que no es posible hacerlas en el contexto de la Ley de Universidades del 70, pero si justificar la designación a dedo de autoridades como potestad de la Ministra, expresada ésta última en la misma Ley del 70, despachándose, de un plumazo, a la democracia participativa y protagónica.  
 
Porque aún cuando estemos en desacuerdo con algunas acciones, en apariencia indebidas, éstas responden al profundo descontento de un importante grupo de estudiantes, profesores, administrativos y obreros que comprenden a cabalidad lo que está en riesgo.  Una fraternidad uneyista que ha venido creciendo al calor de esta inédita lucha de nuestra universidad.
 
 Porque aún cuando reconocemos las fallas, que como toda institución de seguro tenemos, apreciamos y valoramos las diferencias de conceptos, aceptamos las diferencias y distancias personales,  somos una universidad distinta que se asume como tal y en consecuencia también es capaz, como comunidad, de discutir estas fallas y diferencias, en el momento y el lugar apropiado. No cuando otros, ajenos a la comunidad uneyista, lo impongan o cuando intenten sacar provecho de esas diferencias para generar fisuras.  
 
Porque muchos como yo entendemos la amistad como valor, y cuando amigos como Freddy Castillo y José Luis Najul, son sometidos a un tratamiento injusto, somos capaces de solidarizarnos y establecer conjuntamente con esos amigos, una defensa infranqueable.   
 
Porque sencillamente amamos la UNEY, tal cual fue concebida, tal cual la hemos construido, entre todos.
 
Y si por todas las razones expuestas, he de ser señalado y juzgado, pues entonces que así sea.

 
 
Vladimir Delgado
 
 
 
PS:
Pueden escuchar al Viceministro Reinoso y ver a la Ministra Córdova, a través de los siguientes vínculos:
http://www.mediafire.com/?p0i8e07n6rox9rd
http://www.youtube.com/watch?v=8DT7KWDJiEI
 

Saturday, September 24, 2011

LA UNEY, UNIVERSIDAD DE LA CULTURA



La UNEY es una universidad en permanente construcción, como ocurre con las obras que son algo más que un frío proyecto de la burocracia educativa. Por eso, es también un espacio creativo y libre, heterodoxo e innovador,  que ha desafiado durante más de doce años tiempos hostiles y espacios provincianos no tan inclinados a abrir caminos nuevos para la cultura. Lo ha hecho con esa vieja palabra que alegra los espíritus: entusiasmo. Por eso, a esta altura y temperatura del juego, la UNEY puede mostrar significativos resultados, que hacen de ella una universidad excéntrica. Es una pequeña casa abierta, con puertas que dan al campo y a quien nadie, salvo que aspire con denuedo a hacer el ridículo, podría calificar de “endogámica”, como los proyectos educativos sometidos a rígidos esquemas académicos o al control de inspectores de herejías, entrenados para cercar las necesarias audacias del arte y de la inteligencia.

La incorporación de talentos comprobados en diversas áreas, como las del diseño, la crónica, el deporte y la cocina, conforme a criterios humanísticos de amplitud, es la mejor prueba de cuanto decimos acerca del carácter, flexible y “exogámico” (para hacerle un guiño irónico a ciertas necedades), de una gestión universitaria que invocó, entre otros ejemplos tutelares, el del brasileño Darcy Ribeiro, al poner en marcha, con su nombre, un programa de inclusión inédito en Venezuela  que permite a diversas personas, bachilleres o no, cursar asignaturas de las carreras de pregrado que nuestra universidad ofrece.  Para que entreguen y confronten sus conocimientos de modo libre y fecundante, la UNEY incorporó como docentes a quienes de verdad saben, por ejemplo, de cocina y de diseño, aunque no pertenezcan a los estamentos del capital curricular, ese sí, endogámico y muchas veces vergonzosamente desprovisto de luces. Resalto este aspecto,  porque hemos comprobado en estos años que nada escuece más a la mediocridad adocenada de los claustros, que la disposición auténtica a la interculturalidad o al diálogo efectivo de diversas experiencias y conocimientos, letrados o no letrados, urbanos o campesinos, sin excepción alguna. En la UNEY  hemos querido retornar al ágora universal de la investigación y la curiosidad, sin la echonería epistémica machacada en la grilla de las credenciales. Nuestra cláusula Julio Miranda impidió que nos priváramos de enriquecer los estudios de Diseño Integral bajo la conducción lúcida y experta de Santiago Pol, de quien no he visto todavía su título de bachiller, pero de quien conozco los mejores carteles de América Latina. Ilustro con ese notable caso (hay muchos otros) la vocación uneyista por la universalidad y su talante para la conversación de las inteligencias. 

Quienes fundamos y estamos construyendo la Universidad Nacional Experimental del Yaracuy,  no somos ingenuos. Sabemos que vivimos en un país de enormes crispaciones, y que el ámbito académico está atacado desde hace muchos años por una pereza intelectual que mantiene en estado de abulia y de conformidad a gente muy valiosa. Retar ese letargo genera incordios y pone en guardia contra nosotros a los defensores de las cómodas penurias. También a quienes todo lo dividen en blanco y negro y hacen del sectarismo una bandera, porque no toleran la abierta agonística que debate ideas y no consignas. No obstante, aquí y ahora, la UNEY crea y preserva su espacio alciónico, un lugar para leer, hablar, escuchar, escribir y discutir con calma. Con el nombre de Alción hemos designado uno de los espacios de trabajo cotidiano. Recordarán que el alción, protegido por Zeus, en medio de la tormenta encuentra el momento y el sitio para reproducirse. La UNEY no invoca en vano ese bello mito recogido por Ovidio.

En una pieza casi marginal de un centro de investigaciones agroalimentarias en San Felipe comenzó hace más de doce años este trabajo. Hay quienes afanados en atribuirnos una larga permanencia repiten eso de los “doce años”, como alegato irrefutable para recusar nuestra gestión, ignorando que aún en lo viciado de ese argumento, están incurriendo en una mezquindad involuntaria: negar los tres años anteriores a la creación de la UNEY, durante los cuales estuvimos elaborando sus bases conceptuales. Cuando ocupamos en febrero de 1999 la espartana y diminuta oficina del CIEPE (el aludido centro de investigaciones sanfelipeño) ya había un camino recorrido, de investigación, lecturas y consultas. Desde entonces fue emergiendo esto que hoy constituye para algunos generosos amigos un modelo ascendente de innovación universitaria. No voy a contar acá esa reciente historia, ni tampoco a consignar un inventario de sus realizaciones. Me limitaré a agregar a lo ya dicho algunas cosas que tal vez comprendan lo más destacable de esta fascinante experiencia que ha sido la UNEY.

Lo primero: hacer de la experimentalidad una herramienta para la invención. No conozco precedentes sólidos (ni frágiles) de casos en los cuales las universidades experimentales hayan ido más allá de lo tradicional y se hayan liberado del falso criterio conforme al cual lo experimental es lo no autonómico. Se ha creído, por errónea lectura de la ley, que la experimentalidad es un estadio que somete a las universidades a los designios burocráticos de una autoridad ministerial. Para nosotros, desde un comienzo, ese carácter fue, por el contrario,  una licencia para crear y para dotarnos de una conciencia de Universidad, no de un sentimiento de obediencia a un eventual úkase de algún funcionario del poder ejecutivo. Merced a esa manera de concebir la dignidad de la educación universitaria, la UNEY puede mostrar hoy en día un rostro distinto de la experimentalidad y servir de ejemplo para quienes se atrevan a no rebajar sus casas de estudios a meras oficinas de un Ministerio.

Lo segundo: ejercer la responsabilidad académica integrando todas sus funciones y hacerlo teniendo presente un horizonte ético. Esto ha supuesto para la UNEY un esfuerzo de formación continua para sus profesores, estudiantes, personal administrativo, obreros y autoridades. En este momento nos aprestamos a asumir una importante potestad que nos confirió el Reglamento General aprobado en el año 2003 por el entonces ministro Héctor Navarro: la elección de su propio gobierno, dentro de lo previsto por la Ley Orgánica de Educación. En la UNEY este compromiso comporta el estudio y la reflexión de la filosofía, historia y naturaleza de la vida universitaria. Nuestro espacio académico El valor de Educar ya concibió y elaboró el diseño de un  riguroso seminario para abordar el tema. Por supuesto, esto lo haremos con el tiempo que requiere el conocimiento. Nada a la carrera, como nos enseñan los sabios, pero menos aún, nada impuesto, como nos enseña el Estado de Derecho y la Constitución vigente en Venezuela. 

En el momento en que la UNEY recibió su primera cohorte de alumnos, en octubre del año 1999, arrancó una apasionante gestión que no se detiene y que está preparada para seguir robusteciendo sus principios y deparando más y mejores resultados. Desde entonces nos han ocurrido muchas cosas buenas, pero, como todo hay que decirlo, también han querido llevarnos a lo que Quevedo llamaba “la guerra civil de los nacidos”. Frente a estos asedios, nuestra respuesta ha sido la continuidad del trabajo bien hecho. La UNEY en la actualidad no es un proyecto. Es una obra con frutos, pero que sigue construyéndose. Si eso no es una verdadera fortaleza, entonces todos estaríamos perdidos.

Finalizo compartiendo dos momentos de la UNEY en su alborada. Corrían los primeros años de este trabajo apasionante. Ya teníamos alumnos y profesores, y con la explicable precariedad de los comienzos, también contábamos con una biblioteca en ciernes, algún laboratorio, un autobús e incluso teatro universitario, éste último, nada menos que con Eduardo Gil, al frente. Pero sentimos que nos faltaban dos cosas esenciales, sin las cuales no podíamos seguir llamándonos universidad: cine y piano. Subsanamos la enorme falla y al poco tiempo adquirimos un piano que no sólo era para uso de la UNEY, sino de la ciudad de San Felipe, como todo el mundo allá lo sabe. Un poco antes habíamos abierto con inmenso alborozo el Cine-Club, cuyo nombre contiene la proclama de nuestra vida académica: En construcción. Sé que los lectores no dejarán ir, así como así, estas menciones que son algo más que una metáfora.

Freddy Castillo Castellanos
Rector Fundador de la UNEY

Thursday, September 08, 2011

¡Oscurantismo en Yaracuy!

¡Oscurantismo en Yaracuy!
Propongo al Presidente Chávez, que Freddy Castillo Castellanos sea el Ministro de Educación Universitaria quien, con toda seguridad no tendrá jamás una conducta tan reprochable como la actual...
Freddy Gutiérrez Trejo | Caracas | Hoy a las 1:12 | 

El rector Freddy Castillo Castellanos
 
¡Oscurantismo en Yaracuy!
El caso del Rector Freddy Castillo.

Por Freddy Gutiérrez Trejo

Freddy Castillo Castellanos es mi amigo y rector de la Universidad de Yaracuy. Lo conozco desde que entramos a la Universidad Central de Venezuela, hace ya un buen tiempo. Nos tocó compartir momentos difíciles de la política venezolana, entre ellos, la renovación universitaria que se verificó desde París o Alemania cuando se sublevaron los estudiantes de la Sorbona o de Bonn, la Rheinische Friedrich-Wilhelms-Universitat, hasta nuestros centros de estudios en Venezuela.

En el caso de nuestro país, además de levantar entre otras consignas universales: La Imaginación al Poder, Seamos Realistas Pidamos lo Imposible, Olviden todo lo que Aprendieron Empiecen por Soñar, Paren el Mundo que me Quiero Bajar o Hacer el Amor es Hacer la Revolución y Hacer la Revolución es Hacer el Amor,  coincidió con la ruptura de los dogmas que habían prevalecido por años impuestos por el Partido Comunista de la Unión Soviética, y con la irrupción de un cristianismo postconciliar que buscaba sus fundamentos para hacerlos contemporáneos. De esa cantera salieron Méndez Arcéu, Ernesto Cardenal, Helder Cámara o Camilo Torres Restrepo.

Esos acontecimientos y sus protagonistas eran examinados por Freddy  con una enorme sabiduría, bien bajo la lupa de la política, o siendo creativo mediante la poesía. Estas actividades han sido constantes en su vida presentándolas en una sinergia que sólo puede ser llevada a pulso con una inteligencia laboriosamente cultivada. Ayer así como hoy Freddy ha puesto su acervo al servicio de causas nobles y dirigidas a la realización del hombre y su comunidad, que es lo mismo que decir la marcha hacia estadios mayores y mejores de civilización.

Precisamente en ese camino, por ser quien es, se le confió la rectoría de la Universidad de Yaracuy. Ha tenido una oportunidad de oro para poner en práctica esos ideales renovadores, sacando a la universidad del claustro, exclaustrarla, ponerla al servicio de las gentes sencillas del pueblo de centro occidente, aún más, de la sociedad venezolana. Creó nuevas carreras, han emergido nuevas metodologías, y de hecho ha re-concebido la enseñanza de la educación superior. Durante una de las conversaciones que tuvimos me dio una clase sobre la cocina como un laboratorio logrado por el hombre, los frutos y la investigación nunca acabada como materia prima del trabajo, y lo que han significado las manos como herramientas, y el valor de controlar el fuego para la obtención de resultados servibles.

Para mi sorpresa y la de todos los beneficiarios de estos cambios en la educación superior, Freddy Castillo se enteró por la Gaceta Oficial que había sido sustituido por no se quién. Nadie se comunicó con él, ninguna persona le comentó que lo separarían del cargo. La arbitraria decisión tomada en su contra por la ministra Yadira Córdoba y un señor de nombre Reinoso lo tomó desprevenido. El disparate se hace monumental cuando saltan a la torera un contrato por tiempo determinado que se vence en noviembre del próximo año 2012. Todo revela una conspiración para darle un golpe de mano al ordenamiento jurídico que informa el desenvolvimiento de la educación universitaria y los actos contractuales que deben ser honrados por quienes los celebran.

La ministra debería rectificar este disparate. Yo espero que lo haga. Perdonen la indignación con la que escribo, pero tal vez esos mismos sentimientos me llevan a proponer que de no subsanarse lo que a todas luces constituye un error inexcusable o una actuación dolosa, propongo, repito, al Presidente Chávez, que Freddy Castillo Castellanos sea el Ministro de Educación Universitaria quien, con toda seguridad no tendrá jamás una conducta tan reprochable.

freddygutie@gmail.com