Sunday, January 28, 2007

Caballos (VI)

Gerard Ter Borch


Gerard Ter Borch ilustró una derrota y un exilio.

Dicho en menos palabras: pintó el destierro.


“De los sus ojos tan fuertemientre llorando”,

pero no voltea la cabeza el caballero abatido.

Nadie lo está catando.

P.D: Poco después de colgado este post me encontré con un poema de Juan Angel Mogollón (Venezuela) que parece escrito para ilustrar el cuadro de Gerard Ter Borch. Creo que Mogollón es uno de esos buenos poetas que están siempre fuera de modas y de cánones. Copio el poema:

El Sobreviviente

El hombre es un ser contingente lanzado entre dos nadas.

Martin Heidegger

El jinete regresa al círculo de sombras

con la frente doblada por la duda

¿Qué parajes desiertos recogieron su anhelo

su angustioso delirio y su congoja?

Tal vez un bosque hundido

un lago constelado

más que lujo del cielo

oyeron sus visiones

su frenético duelo con la muerte

Bajo la fría mirada

su corazón es pasto de un suplicio implacable

Y está solo en la Noche

Y acaso nada encuentre más allá de los astros.

Juan Angel Mogollón (Regreso de los sueños, Monte Avila Editores, 1973)

Ocho veces UNEY


La UNEY cumplirá mañana 8 años de fundada. Ha crecido a un ritmo pausado, pero seguro. Ha procurado siempre mantenerse fiel a su proyecto original, no imitando de manera mecánica a las universidades que la precedieron y tratando de ser un espacio libre para todos los saberes. No ha dado tumbos, pero ha sorteado escollos y cometido errores aleccionadoramente fecundantes. Se mantiene invisible para algunos, pero no resulta indiferente a quienes ya la conocen de cerca. Frente a sus propuestas y trabajos originales, algunos aprovechan para darle salida a la envidia o a la molicie intelectual. Otros, menos elocuentes, a sus sentimientos de admiración. La UNEY los interpela a todos y a todos abre sus puertas.

La UNEY es una “cosa rara” para ciertos espíritus adocenados, y para quienes buscan horizontes humanísticos en la educación venezolana, es un ejemplo a seguir. Ha sido apoyada con generosidad por algunos buenos amigos y conocidos y entorpecida por ciertas alimañas. Así, la quisieron echar de su sede en San Felipe (allí sigue), pero Guama le abrió sus puertas. Le han negado espacios en la capital del estado -aún cuando se los hubieran prometido-, pero se le han abierto otros –eso sí-, por su propio esfuerzo. Podríamos decir que se ha ganado a pulso cada metro de tierra que ocupa y eso tal vez sea una fortuna y no un sino. También ha sabido obtener estima nacional e internacional de personas e instituciones que la enorgullecen. Sabe nadar contra la corriente, pero cuando el cauce le es favorable no se descuida ni se deja llevar. Quiere ser una universidad de la cultura y aspira hacerle aportes importantes al país. Lucha contra las infalibles leyes de la mediocridad sabiendo con Lezama que “sólo lo difícil es estimulante”. Se siente feliz por todo lo que le ha ocurrido y sigue soñando.

Tuesday, January 23, 2007

Caballos (V)

Paolo Ucello. Batalla de San Romano

No nos ha sido dado aún descifrar su linaje misterioso, su belleza indomable. Son de otro mundo y de otros dioses. Ucello estuvo a punto de penetrar la leyenda de ese encanto.

Sunday, January 21, 2007

Caballos (IV)


"El potro de buena casta lleva siempre en la dehesa la cabeza levantada y bracea con gallardía, siempre va delante de los demás, es el primero en aventurarse en un río peligroso o en un puente desconocido, no se espanta de vanos estrépitos, tiene la cerviz erguida, muy abultado el animoso pecho".

Virgilio (Geórgicas)

Friday, January 19, 2007

Caballos (III)



LOS CABALLOS

Dos caballos escaparon a la matanza, uno negro y otro alazán. Fue todo lo que quedó vivo después de la derrota de las nacionees. Y Dios les envió un ángel, un hermosísimo potro blanco, con largas crines cenicientas, y por haber bebido tan dulcemente en el regato, fue reconocido por los caballos fugitivos. El alazán se arrodilló diciendo:

-¡Bendito el que viene en nombre del Señor!

Alvaro Cunqueiro

Wednesday, January 17, 2007

Caballos (II)

Leonora Carrington
Hablan desde su mítica belleza.

¡Caballos de Leonora Carrington, vengan, por favor, a acompañarnos!

Monday, January 15, 2007

Caballos (I)

Gatamelatta nunca tuvo un caballo tan majestuoso como el que le regaló Donatello. Podemos verlo en Padua.

Sunday, January 14, 2007

Imagen y reflejo


Veo la mano del Parmigianino,

reflejada en el espejo convexo.


Pintar como se ve en el espejo.

Pintar la imagen reflejada.

¿No escribimos también así?

Paso a la desconocida


Paso a la desconocida

Entra a esta habitación y me entrega un libro sobre Warburg.

Me pide que vea su presencia en una de las ilustraciones.

Le hago caso.

Y ahí está, casi alada, llevada por el viento,
en un fresco de Ghirlandaio.

Thursday, January 11, 2007

Adiós a Yvonne de Carlo


Fue en la ya legendaria antología de Castellet (Nueve novísimos) donde leí el poema que Vázquez Montalbán le dedicó a Yvonne de Carlo, a quien yo conocía por la tele más que por el cine. Para mí era la Lily de Los Monstruos, aunque la hubiera visto alguna vez en un largometraje (transmitido tambíen por T.V). Era esa Lily que al pie de la escalera le entregaba a Herman el maletín y exigía su beso poniendo elocuentemente la mejilla izquierda. Así que la conocí primero como vampiresa simpática y genuina y no como falsa oriental del star system.

Por el poema de Vázquez Montalbán y por lo que escribió sobre ella Terenci Moix supe en la Barcelona de los setenta que Yvonne de Carlo había sido para ellos uno de sus más eróticos y entrañables mitos.

Hoy leo que acaba de morir (ella, no el mito). En su memoria, por las tardes de gusto que ella me dio en mi adolescencia, leo (y les copio) el poema de Manolo Vázquez:


¿Yvonne de Carlo? ¿Yvonne de Carlo?...
¡Ah! ¡Yvonne de Carlo!

El pan era negro o blanco
el aceite verde-lodazal
caquis los recuerdos
Yvonne de Carlo
era el technicolor
en su contorno lila destacaba
la boca corazón, el busto corazón
las bragas corazón en la danza
de Sherezade
y en su pequeñez
permanecía la promesa árabe
de la mujer portátil complacida
por el ritmo desnutrido
del tricycle-man

para nosotros era la chica
redimible como una maestra
de primera enseñanza
sus ojos grandes
pero sucios los hemos visto luego
abotonando la penumbra de las cafeterías
entonces eran
lo más parecido a los diamantes del tesoro
privado del Hombre Enmascarado
sorprendidos
de que Ana María la enamorada
del Guerrero del Antifaz más pareciera
Hija de María que Yvonne de Carlo
con su escote prefabricado y su fotogenia
de payasa
y cuando Mario Cabré, Mario Lepanto
Mario Tenorio, Mario Trento
Mario Gardner
la requebrara en el Festival de Cannes

(más arde y más se quema
cualquiera que te ama
amor, quien más te sigue
se quema en cuerpo y alma)

ambiguos
nos sentimos nacionalmente representados
mas personalmente burlados
a punto sin embargo de enamorarnos
de muchachas con más carne que hueso
de descoloridas bragas blancas
entrevistas
en furtivas correrías por parques
repletos de domingo
atardecía, alguien nos dijo
que las muchachas mueren seis días
cada mes
luego resucitan
aceptan cartas furtivas
y si te pareces a Peter Lanwford
se dejan besar.

MANUEL VAZQUEZ MONTALBAN

Saturday, January 06, 2007

Al Cardenales, desde el muro de los lamentos


Ayer fui a un juego de béisbol. Tenía muchísimo tiempo que no iba al stadium. Fui con el Turco Najul. Vimos perder de la manera más dolorosa al Cardenales. Cayó 7 a 4 frente a las Aguilas del Zulia. El Turco y yo habíamos bajado a "envenenarnos" con una tostada cuando escuchamos el increíble y fatídico anuncio del mencionado score.

Cardenales llegó al noveno con ventaja sobre las Aguilas (ganaba 4 a 2). Abriendo el noveno, un mal relevo y el error del novato Alcides Escobar, permitieron el empate del Zulia. Lo trágico vendría después.

Al final del noveno nuestro equipo puso tres hombres en base sin out y llegaron los turnos de sus mejores bateadores (Luis Jiménez, Alfonzo y Robert Pérez). Bien. Ocurrió lo que sólo a este Cardenales le podía pasar: no hizo ni una sola carrera (fue en ese momento cuando el Turco y yo bajamos a comernos algo y encontramos apenas las peligrosas tostadas de La Mama).

Perder el juego después de esa insólita improductividad no sólo era previsible. Era también merecido. El articulo de Saer hoy, en El Impulso, califica esa novena entrada de “pesadilla”. Concuerdo con él. Es la imagen perfecta para ilustrar el horror que vivimos hace unas horas en el “Antonio Herrera”.

El Turco y yo sentimos anoche que este Cardenales es peor que el de los inicios. En esa época remota perdíamos y perdíamos, pero había un halo romántico en el equipo (Rafael Cadenas llegó a decir que su adhesión al Cardenales reforzaba su inclinación por las causas perdidas).

Había también una ilusión, la ilusión de quien comienza a abrirse paso en medio de las dificultades. Una poética de las derrotas nos permitía tanto el consuelo como la apuesta por tiempos mejores.

La historia es conocida. Después de varias décadas de sufrido aprendizaje, vinieron los triunfos de los noventa y se abrió una era feliz que se prolongó hasta el 2000... Ahora vivimos este desastre de la decadencia, una decadencia que incluye a un público sin gracia, frío y abatido. En los noventa llegamos a reírnos de Hiram Paz, de Neudo Morales, de Tobías Hernández (of course) y hasta de “Ereú u u”, cuando los comparábamos con nuestras nuevas estrellas. Hoy, creo que vamos por el camino de añorarlos.

Que la calidad puede mantenerse pese a todo, lo demuestran Alfonso Saer y “Guante Mágico” Catarí. El primero, un narrador que persiste en su excelencia. El segundo, siempre errático, sigue cumpliendo a cabalidad con la tradición de atrapar el menor número posible de pelotas “fuera de juego”. Ese es su trabajo. Pero, lo que es el equipo en su conjunto, lo que muestra es el panorama de unas ruinas, la fotografía desvaída de un viejo esplendor. Eso sí, en los juegos hay ahora vistosos espectáculos con las mascotas y chicas que bailan un guión coreográfico de pacotilla comercial, mientras el juego propiamente dicho lo protagoniza un equipo que ya no es equipo, sino una apatía uniformada, un remedo gris de antiguas grandezas, un bostezo de cuatro esquinas, una desgana universal.

Salvando las individualidades que todos conocemos (el consistente Carrara de anoche, por ejemplo), Cardenales, en general, produce hoy en día un profundo dolor en el alma beisbolera de quienes adoramos su divisa. Seguiremos adorándola, por supuesto, pero debemos exigir (y exigirnos) una verdadera recuperación. No importa que sea lenta. Estamos habituados. Lo necesario es que sea firme y entusiasta.

(A Lázaro Alvarez, Juan Carlos Méndez Guédez, Turco Najul, Rafael Cadenas, Martín Castillo, Eckar Raydán y Eduardo Machado. También a Carlos Miguel Castillo, in memoriam, y a Giovanni Carrara, en la foto, por su pitcheo de anoche).

Wednesday, January 03, 2007

Ariadna, amada mía





03-01-06: Disfruto de las vacaciones. Me quedo en la casa y leo durante todo el día. Ya concluí la novela de Broch y retorné de inmediato a Pavese. Dentro del planeta Pavese un libro me lleva a otro y a otro y a otro...

Buscando a Pavese en el Turín de Frédéric Pajak (La inmensa soledad, Editorial Síntesis, Madrid, 2000) trato de pasarle por encima a Nietzsche (el otro protagonista del libro), pero no lo consigo. Y me topo con la famosa carta que un 3 de enero (como hoy), fuera ya de toda cordura, le escribió a Cósima Wagner, desde su cielo dionísiaco:

"A la princesa Ariadna, mi bien amada.

Es un prejuicio que yo sea un hombre. Pero ya he vivido en otras ocasiones entre los hombres y conozco cuanto puedan sentir los hombres, desde lo más bajo a lo más elevado. He sido Buda en medio de los hindúes, Dionisos en Grecia -Alejandro y César son mis encarnaciones, así como el poeta Shakespeare, Lord Bacon... Finalmente he sido también Voltaire y Napoleón, y tal vez Richard Wagner... Pero ahora llego como el Dionisos vencedor que va a transformar la tierra en una fiesta... No porque disponga de mucho tiempo... Los cielos se alegran de que yo esté aquí... También he sido colgado de la cruz".

Leída la carta ya sabía que no haberle pasado por encima a Nietzsche era continuar, de alguna manera, dentro del laberinto de Pavese. En mi lectura de la carta a Cósima seguía presente el más lúcido de los escritores italianos del siglo XX. Mejor dicho, estaban presentes sus Diálogos con Leucó. Recordé de inmediato La viña, diálogo en el que Leucótea le habla a Ariadna de un dios nuevo, del más joven de todos los dioses. "Le llaman Dioniso y le gustas", le agrega Leucó a la bella abandonada.

Busco el diálogo y lo leo de nuevo. Ahora repito sus palabras finales, como quien se las recita a sí mismo:

"Quien te espera es un dios nocturno. No temas".

Tuesday, January 02, 2007

Las puertas literarias de Jano


Dante, Cino de Pistoia y Petrarca

01-02-07:

Enero: puertas que se abren de par en par, destinos que se anuncian.

Me asomo al balcón y veo el cielo todavía algo nublado. Oigo pájaros. La mañana de enero se aclimata en esos verdes que fija la mirada. Abro una ventana y sopla el viento sobre mi cara. La rama de un árbol se enciende. Sigo oyendo pájaros y respiro la paz hermosa del paisaje.

Lecturas:

El excelente y breve relato con el cual Juan José Saer inicia su libro Lugar;

las bellísimas primeras páginas de El maleficio, novela póstuma de Hermann Broch.

Y por último, poemas de los poetas del dolce stil novo. Me detengo en un verso de Cino da Pistoia:

Dolente vo, pascendomi sospiri

(“Doliente voy, pastándome suspiros”, en la traducción de Carlos Alvar).