Wednesday, January 03, 2007

Ariadna, amada mía





03-01-06: Disfruto de las vacaciones. Me quedo en la casa y leo durante todo el día. Ya concluí la novela de Broch y retorné de inmediato a Pavese. Dentro del planeta Pavese un libro me lleva a otro y a otro y a otro...

Buscando a Pavese en el Turín de Frédéric Pajak (La inmensa soledad, Editorial Síntesis, Madrid, 2000) trato de pasarle por encima a Nietzsche (el otro protagonista del libro), pero no lo consigo. Y me topo con la famosa carta que un 3 de enero (como hoy), fuera ya de toda cordura, le escribió a Cósima Wagner, desde su cielo dionísiaco:

"A la princesa Ariadna, mi bien amada.

Es un prejuicio que yo sea un hombre. Pero ya he vivido en otras ocasiones entre los hombres y conozco cuanto puedan sentir los hombres, desde lo más bajo a lo más elevado. He sido Buda en medio de los hindúes, Dionisos en Grecia -Alejandro y César son mis encarnaciones, así como el poeta Shakespeare, Lord Bacon... Finalmente he sido también Voltaire y Napoleón, y tal vez Richard Wagner... Pero ahora llego como el Dionisos vencedor que va a transformar la tierra en una fiesta... No porque disponga de mucho tiempo... Los cielos se alegran de que yo esté aquí... También he sido colgado de la cruz".

Leída la carta ya sabía que no haberle pasado por encima a Nietzsche era continuar, de alguna manera, dentro del laberinto de Pavese. En mi lectura de la carta a Cósima seguía presente el más lúcido de los escritores italianos del siglo XX. Mejor dicho, estaban presentes sus Diálogos con Leucó. Recordé de inmediato La viña, diálogo en el que Leucótea le habla a Ariadna de un dios nuevo, del más joven de todos los dioses. "Le llaman Dioniso y le gustas", le agrega Leucó a la bella abandonada.

Busco el diálogo y lo leo de nuevo. Ahora repito sus palabras finales, como quien se las recita a sí mismo:

"Quien te espera es un dios nocturno. No temas".

1 comment:

Anonymous said...

ese libro lo quiero leer...
feliz año.
p.d.: ya colgue poeta nuevo en el diccionario.