Saturday, April 28, 2007

...si lo hubiera narrado Víctor Hugo


Para su grandeza total, al soberbio gol maradoniano de Messi sólo le faltó la narración irrepetible de Víctor Hugo Morales. Nadie es perfecto.

En España se quiso compensar esa carencia de este modo:

AS: El Getafe sufrió a Diego Messi

"El diario reproduce la voz de Manolo Lama en la Cadena SER: La va a tocar para Leo: ahí la tiene Messi; lo marcan dos, pisa la pelota Messi. Arranca por la derecha el genio del fútbol mundial, y deja el tercero ¡y va a tocar para Gudjohnsen! Siempre Messi ¡Genio! ¡Genio! ¡Genio! Ta-ta-ta-ta-ta-ta-ta ¡Gooooool! ¡Gooooool! ¡Quiero llorar! ¡Dios santo! ¡Viva el fútbol! ¡Golaaazo! ¡Leooooo! ¡Messiiiiii! ¡Es para llorar, perdónenme! Messi, en una corrida memorable, en la jugada de todos los tiempos, barrilete cósmico, ¿de qué planeta viniste?... Donde dice Leo y Messi antes decía Diego y Maradona. Donde dice Gudjohnsen antes era Burruchaga. Y, claro, antes era una semifinal de un Mundial, mientras que anoche todo se limitaba a una semifinal de la Copa del Rey. Pero esto no quita que el gol de Messi -el primer gol de Messi, que luego hizo otro, enorme, estelar- merezca el honor de ser recordado parafraseando al uruguayo Víctor Hugo Morales, la voz que inmortalizó el golazo de Maradona a Inglaterra en México-86".

(Fuente: EL PAIS, Madrid)

Monday, April 09, 2007

El "inhallable" Deustua


08-04-07: En mis manos la antología de poetas peruanos que hizo Reynaldo Jiménez (El libro de unos sonidos. 37 poetas del Perú. Edit. tsé tsé, Buenos Aires, 2005). La conseguí hace poco en Buenos Aires. Creo que es excelente. Gracias a ella estoy leyendo a ese gran poeta que fue Raúl Deustua, el poeta "inhallable", según el decir de Mirko Lauer y Abelardo Oquendo. Sobre Deustua escribió entusiastamente Américo Ferrari, de quien, por cierto, también hay poemas en esta antología de Jiménez.

Raúl Deustua nació en 1921, al igual que Eielson y Sologuren, otros dos grandes. En 1949 se fue del Perú y no volvió jamás. Vivió en Nueva York y de allí se trasladó a Europa, siendo Ginebra, Viena y Roma las ciudades de sus sucesivos domicilios. También estuvo un tiempo en Nairobi, según los datos biográficos que menciona Jiménez. Murió en Roma en el 2004.

Paso rápida revista por mi memoria y concluyo que no recuerdo ninguna antología de poesía hispanoamericana que lo incluya. No está en la de Pellegrini. No está en la de José Olivio Jiménez. No está en la de Cobo Borda ni en la de Julio Ortega. No figura tampoco en la de Guillermo Sucre ni en la de Rodríguez Padrón. Supongo sí que debe aparecer en todas (o casi todas) las antologías de poetas peruanos. Ya todo esto me lo confirmará Gonzalo Ramírez, quien anda tras la caza de Deustua desde hace algún tiempo.

A Deustua lo conocía sólo por la Antología General de la Literatura Peruana de Sologuren, donde aparece un poema titulado Poema que subrayé en su momento porque me pareció apretado, inolvidable, prodigioso. También por unos fragmentos de Arquitectura del poema (1955), legendario primer libro, cuyo mínimo tiraje lo hace hoy en día codiciable pieza de colección.

En la antología peruana de Reynaldo Jiménez hay un poema rimado de nuestro autor que empieza así:

Esta es mi voz de incurable permanencia
devuelta a la forma del sol que me desvía
entre viejos y roídos telares de Florencia.
Vivo oculto al ay primero, a la rueda del tranvía
que es la O de Giotto
y una exacta columna de mi ausencia.

Me quito el sombrero ante la majestad de esas imágenes y ante esa "exacta columna de mi ausencia". No digo más.

¿Qué dijo Américo Ferrari de Raúl Deustua? Dijo esto: “La esfera poética de los versos de Raúl, existente, transparente, acerada y en las fronteras de la quietud, morada del verbo calcinado, vía por donde pasa el hombre nocturno en busca del centro luminoso e inalcanzable, morada a su vez de la aventura y del sigilo: sello, símbolo y signo oculto en su propia materia (…).”

Busco la antología de Sologuren para releer Poema.

Termino de fumarme un habano Bolívar. Lleno de humo y de recuerdos gratos copio versos de Raúl Deustua y me los voy repitiendo en alta voz :

POEMA

Un poema, la ruta del milagro
nocturno, la misma metáfora, algas
de un mar cansado, palpitante apenas,
gastado por el hombre, por la técnica
violada, rota por el incesante
conocer, recordar un alba ciega.
¿Adónde me conducen esas huellas?
Unas y otras son ecos lejanísimos,
trenes cargados, vías también ciegas.

Friday, April 06, 2007

Por la Casa Amarilla y por Diego

Lázaro Alvarez en la Casa Amarilla

La más famosa narración de gol de la historia es, sin duda, la que hizo Víctor Hugo cuando Maradona dejó atrás a todos los ingleses que se encontró en el camino aquel memorable día de 1986 en México. Víctor Hugo nos legó en esa ocasión una frase que hoy en día sirve para dar nombre a revistas literarias, a clubes deportivos o filosóficos y hasta para hacer un imprevisto piropo callejero: "Barrilete cósmico, de qué planeta viniste". Cualquier interesado puede escucharla bajándola por internet cuando guste, ya que muchas páginas de la red incluyen esa pieza antológica de la narración deportiva. No obstante su valor indiscutible, tengo para mí que la mejor manifestación de grandeza en el género la tuvo el propio Víctor Hugo cinco años antes. Con esa narración inigualable, metatextual a ratos, teatral en algún punto, minuciosa, onomatopéyica, pero también verbalmente prodigiosa, he dado clases de literatura y deportes, y de literatura a secas. La transcribo de seguidas:

Domina la pelota Comizzo, media vuelta para Ramón Díaz, la marca Córdoba, la marca Krazouski, gana Córdoba, se lleva la pelota, tres hombres por el camino, un cuarto que es Passarella. ¡Qué bien, pero qué bien, qué bien Córdoba! Arranca con todo por derecha y atrás viene Maradona por el tercero. Siempre Córdoba, se frena, se demora, permite que se acomode River, viene para Maradona, la domina cara a cara, escapa, ta ta ta ta ta ta ta, que sea que sea que sea que sea, ¡gol gol gol gol gol gol! ¡gooooolll! ¡goooollll! ¡gooooollll de Boca!.

¡Maradona! ¡Diego Armando Maradona!, el mejor jugador de fútbol del mundo, tras una jugada inolvidable de Córdoba que arrancó de izquierda a derecha, puso el centro para Maradona, la paró con la punta del zapato izquierdo y cuando le salió Fillol la enganchó, después pensó: que a la derecha, que a la izquierda, qué dónde la pongo, y Maradona eligió tocarla abajo sobre el parante izquierdo del arco que da a la vieja Casa Amarilla. Y les doy tantos, pero tantos datos porque pasarán muchos y muchos años y los hinchas de Boca seguirán hablando de este gol de ¡Diego! ¡grande! ¡Armando! ¡más grande! ¡Maradona!

Víctor Hugo Morales

(Abril de 1981, bajo la lluvia, “Cacho” Córdoba y Diego dejaron boquiabiertos no sólo al "pato" Fillol y al "conejo" Tarantini, sino a toda la Bombonera. Fue el primer clásico de Maradona).

P.D: Vladimir Delgado colocará muy pronto el audio de esta obra maestra de la narración.

Sunday, April 01, 2007

Sabineana (y IV)

Fuente de las Nereidas de Lola Mora. Costanera Sur

En Buenos Aires tengo más de lo que quiero,
pero lo que quiero nadie me lo da.

Buenos Aires: sos el sueño más porteño de Madrid.

(Joaquín Sabina en el Gran Rex)

Sabineana (III)

La Barra Brava acaba de salir de La Bombonera. Domingo, 18-03-07

De González Catán, en colectivo,
a la cancha de Boca, por Laguna,
va soñando -"Hoy ganamos el partido"-
la niña de los ojos de la luna.

Los muchachos de "la doce" más violentos,
cuando la "junan" en la Bombonera,
le piden a la Virgen de los Vientos,
que le levante a Paula la pollera.

(Joaquín Sabina, Dieguitos y Mafaldas)

Primera anotación del otoño

Palermo. Martín camina.

Caminar por Buenos Aires y sentir que se recorren las calles de viejas lecturas o de ciertas voces oídas en la infancia.

Asomarse a una esquina y ver que la casa que estaba ya no existe. El año pasado había una placa que indicaba que él había nacido allí. Hoy sólo queda el anuncio brutal de la demolición.

Ir por Santa Fe y dejarse llevar por sus murmullos. No sé qué verso saldrá algún día de mi memoria para encarnar en esos pasos. Siento que seguiré caminando por Santa Fe hasta que se cumpla algún destino.

Entrar al pasaje Güemes de la mano de Cortázar y salir lamentándome por parecer ahora más fama que cronopio.

Mirar el cielo y no ver la Cruz del Sur como en La Plata, majestuosa e imponente o, mejor todavía, viva y unánime como estaba en Gualeguaychú el lunes pasado.

Sentir que en Palermo él ya no está más, salvo en una esquina de la calle que ahora lleva su nombre.

Sospechar que algo me está esperando en San Telmo y saber que no estaré allí para descubrir de qué se trata.

Pronunciar en voz baja un título de Mujica Láinez: Misteriosa Buenos Aires.

Buscar el alma de Troilo, entrada ya la noche, en algún árbol de la calle Paraná, con la certeza de que hoy me iré a dormir sin bandoneón y de que el tango predilecto de Cuchi lo compuso Pichuco.

Saber que hubo noches de bastones largos y anotar que hace unas horas recordábamos a Rodolfo Walsh.

Admirar las flores de los palos borrachos. Nada más.

Desayunar con tres medialunas de manteca, café y jugo, en el Florida Gardens y escribir que hoy, 21 de marzo de 2007, puedo saludar tímidamente a la primavera en el otoño.