Sunday, June 24, 2007

Loyola

Angel C. Loyola


El paisaje y la alegría habitan la letra de Puerto Miranda.

Sus versos contienen la anchura de los ríos, el vuelo preciso de las aves, el arpa y sus arpegios, el sonido irreverente de los barcos, las muchachas del lugar cuando buscan casamiento y también el nombre de los ríos.

Recuerdo que Arnaldo Acosta Bello me habló del río Portuguesa, al que por su anchura en esa zona, lo apodan “la Portuguesa”, como muy bien lo llama “Angelcé” en la canción que escucho ahora.

Arnaldo nació en Camaguán y conocía entrañablemente sus esteros, sus ríos y sus mujeres.

No he ido nunca al Matiyure, pero tengo en mi memoria el relato que un día me hicieron el poeta Barrios y Florencio Sánchez cuando se acercaron a sus aguas y lo navegaron.

En la canción de Loyola la garza morena está volando hacia el Matiyure y en su vuelo incesante me detengo.

P.D:


“Llegando a Puerto Miranda
encontré el consuelo mío:
muchachas, tierras y arpa
con la majestad del río.
Vi volar la garza blanca.
Junto con garzón pionío,
salió la garza morena
con el pescuezo tendío.
Volando hacia Matiyure,
verdad, mi vida querida,
con despacio y sin desvio,
con despacio y sin desvío,
así va la garza blanca,
tú lo debes comprender,
volando en el medio ´el río,
volando en el medio ´el río.
Quien te ve Puerto Miranda
te armira por tu belleza
de tus lindas corocoras
y esas garzas paletas
que se paran en las playas
tan bonitas, tan extensas.
El Ruende, brazo de Apure,
también es la Portuguesa
los que le caen a tu río,
entonces, Puerto Miranda,
en esa anchura inmensa,
en esa anchura inmensa,
en donde llegan los barcos,
verdad, mi vida querida,
sonando las chapaletas".

3 comments:

Martín said...

Ahora que lo pienso, que triste que algunos amigos escritores que entran a este blog, que saben que existe El azar concurrente y Duelos y quebrantos tambièn, solo comentan mostrar su resentimiento en ciertos post.

Anonymous said...

"garzas paletas"

Biscuter said...

Gracias, Fidel, por completar un verso. Gracias, Martín, por el preciso dardo.