Wednesday, November 02, 2005

En el lago


Waterhouse. Lady Shalott.

(Para Sarduy, intentando alguno de sus modos)

Después de tomar la estampita de María Lionza
y de preguntar si se trataba de una efigie de Hedy Lamarr,
la diosa ambarina me subió a su barca
(dibujar ese momento, destacando la escandalosa belleza
de la mujer vestida de blanco).


Bogamos.
Yo iba cautivo de su levedad arcaica (sustituir después este adjetivo).
Aún no llegaba la noche.
A lo lejos, pájaros.

Cerca de la orilla nos asaltan nenúfares de Monet
(quitar Monet y dejar, simplemente, nenúfares).

La bendita circunstancia de las flores por todas partes
(esta frase es un homenaje a Piñera y podría omitirse
por estar quizá fuera de contexto
).

De cualquier lugar,
en un abrir y cerrar de ojos,
brotarán dos seres prodigiosos.
Vienen de visita a este lago,
desde una remota novela de Severo Sarduy.
Se llaman Auxilio y Socorro.
Lacustres están. Es que no fluyen.

Y me salvan.

4 comments:

Nidesca said...

Me encanta lo que hiciste aquí, cierta mezcla onírica, intertextual, qué sé yo. Lo del salame mágico-religioso me pareció genial.
Yo también me he sentido salvada por personajes delineados con letras y no con trazos pincelados.

Biscuter said...

Gracias por tu comentario, Nika. Dices cosas hermosas.

Henry S. said...

A mi tambien me encanta lo que hiciste aquí.

Un saludo

Henry S. said...

Por cierto, no recordaba el apellido. Blanco Vilariño.

Cuando yo trabajé allí era el hijo el que estaba dirigiendo el archivo. El hombre ya se había jubilado y solo alguna mañana pasaba de visita.

Podriamos haber sospechado que el manifiesto estaba oculto allí. ¿Quien sabe?