Saturday, February 17, 2007

Casa(s)


1. La salida para el colegio una mañana. El frío y la neblina. No sé ahora si fueron muchas las mañanas así, pero esa, por lo menos, se ha impuesto en mi memoria. Chaqueta Mac Gregor y el rostro alegre en la calle. Color marrón de la chaqueta, el olor a lluvia tras los primeros pasos. La secreta relación con otro instante que dialoga conmigo desde el nombre de una casa. De nuevo lluvia. De nuevo la fugaz aparición de una palabra: Suiza.

2. Entré a la casa de mis vecinas. Los mosaicos verdes. Recuerdos que se mezclan. A la derecha la sala, con la imagen de ellos en un sofá, besándose lentamente. Cantaba Daniel Riolobos. Seguí hasta la cocina. Allí me esperaba la media mañana, la certidumbre de la amistad. Galletas y toddy.

3. La recreación entrañable de mi casa, la memoria de sus rincones, el saludo matutino de un antiguo pregón, la taza de café de los domingos, sin apuros; la llegada de Abelardo una mañana (su canto, su voz alegre, su figura imaginada desde el cuarto), esa hermosa mañana en que se fue el sarampión y se dio inicio a la historia del tío mítico, el perenne tío del siglo XIX.

4. Los helechos, la uña de danta, los porrones, el secreteo con las matas.
5. Un día entré a despedirme. La respiré toda y la quise guardar. Desde entonces soy yo quien la alberga.

2 comments:

Anonymous said...

Todo dura un instante para toda la vida. Hermoso post.

Henry S. said...

Estoy con Claudia. Hermoso Post.

Un abrazo