Un verso de Paz.
Conmigo ha ido a muchas partes. Si enciendo mi teléfono sus seis palabras me saludan siempre.
Conmigo ha ido a muchas partes. Si enciendo mi teléfono sus seis palabras me saludan siempre.
Traté de vivirlo en cuerpos y paisajes ya remotos. Atisbé su certidumbre en la madera.
He comprobado su errancia infinita, su insaciable destino, su paso por mi cara.
En un lejano amanecer, estando contigo en Barcelona, sentí que manaba con plenitud de una pequeña fuente.
Octavio Paz atrapó el esplendor en ese verso que ha ido conmigo a muchas partes y que suelo repetirme como mantra:
Hambre de encarnación padece el tiempo.
1 comment:
Gracias por este verso preciso y cortante de Paz donde el tiempo y su deseo se devoran a sí mismos.
Un gusto descubrirte.
Saludos...
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