Eugenio Montale
Sólo para abrazar al poeta Montale viajó a Florencia un día Umberto Saba.
Cuando mis hijos estaban pequeños yo solía fatigarlos con versos. Ellos oían callados. El breve poema FIRENZE del triestino era uno de mis predilectos,
Pasados unos meses de esa fiebre, saliendo de la casa, ya en el estacionamiento, Martín dijo de pronto “¡Al poeta Montale!”. Con esa inesperada ráfaga de la memoria, supe que los ecos de los nombres tienen su propio ritmo.
He abierto hoy un libro de Montale. Leo en unas de sus líneas, que algunos agregados de la palabra y ciertos tonos, son los que trazan la belleza del poema. Es un libro que reúne conferencias, entrevistas y discursos, incluido el que pronunció ante la Academia sueca el día en que recibió el Premio Nobel. Paso sus páginas sin leer más nada. La imagen del poeta Saba abrazándolo en Florencia lo es todo en este instante. Lo son también los ecos. Y sobre todo, la reminiscencia.
FIRENZE
Per abbracciare il poeta Montale
-generosa e la sua tristezza- sono
nella cittá che mi fu cara. E’ come
se ogni pietra che il piede batte fosse
il mio cuore, il mio male
di un tempo. Ma non ho rimpianti. Nasce
-altra costellazione- un’altra etá.
UMBERTO SABA
Cuando mis hijos estaban pequeños yo solía fatigarlos con versos. Ellos oían callados. El breve poema FIRENZE del triestino era uno de mis predilectos,
Pasados unos meses de esa fiebre, saliendo de la casa, ya en el estacionamiento, Martín dijo de pronto “¡Al poeta Montale!”. Con esa inesperada ráfaga de la memoria, supe que los ecos de los nombres tienen su propio ritmo.
He abierto hoy un libro de Montale. Leo en unas de sus líneas, que algunos agregados de la palabra y ciertos tonos, son los que trazan la belleza del poema. Es un libro que reúne conferencias, entrevistas y discursos, incluido el que pronunció ante la Academia sueca el día en que recibió el Premio Nobel. Paso sus páginas sin leer más nada. La imagen del poeta Saba abrazándolo en Florencia lo es todo en este instante. Lo son también los ecos. Y sobre todo, la reminiscencia.
FIRENZE
Per abbracciare il poeta Montale
-generosa e la sua tristezza- sono
nella cittá che mi fu cara. E’ come
se ogni pietra che il piede batte fosse
il mio cuore, il mio male
di un tempo. Ma non ho rimpianti. Nasce
-altra costellazione- un’altra etá.
UMBERTO SABA
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