Monday, July 16, 2012

TELAS

Vermeer. La costurera


Una palabra encontrada en La Celestina: “labrandera”. La digo en voz alta y me dejo llevar por sus costuras. No pregunto por los otros oficios que siguen...
Me planto en una tela y recuerdo a mi padre.
... Cambio de siglos y mesteres, de hogares y palabras.
A mi padre le gustaban las telas y conocía sus nombres, usos y texturas. Solía comprar “cortes” para hacer regalos, y procuró, sin éxito, que mi madre aprendiera el oficio o arte de la costura. Un día llegó con una máquina de coser, que después de un breve uso, terminó siendo un juguete para mí y mi hermana Elsy…
Cuando mi padre regresaba de sus viajes y abría las maletas, comenzaba el ritual. Se palpaban y extendían nombres como raso, satén, organdí y batista, o como chiffon, tul, cretona y popelina. Este verde para Gladys, aquel rojo para la señora Gloria, ese morado para mamabuela… Un mundo de tafetanes, sedas y algodones alborotaba la casa esa tarde.
Era el tiempo del casimir azul marino y del lino blanco, cuyo fervor reinaba en las mejores sastrerías de la ciudad. Era el tiempo del paltó cruzado y de los discursos de Gaitán.
Mi papá leía los domingos y a veces recitaba a Díaz Mirón.

No comments: