Esta es una octaviana, tomada de un texto autobiográfico en el que Octavio Paz toca la semilla de su pasado en claro, de su inmenso pasado en claro:
BUSQUEDA Y VACIO
I
Me veo,
mejor dicho, veo una figura borrosa,
bulto infantil perdido
en un sofá inmenso de gastadas sedas.
Deben ser las cinco de la tarde. El bulto llora.
Desde hace siglos llora y nadie lo oye.
Sólo él escucha ese llanto extraviado
en el mundo,
familiar y remoto.
II
Instante interminable:
oírse llorar cuando nadie te oye.
III
Sin duda mi madre me calmó,
Pero la sensación persiste.
No se ha borrado ni se borrará.
No es una herida.
Es un hueco que toco.
IV
Esa tarde descubriste tu ausencia.
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