Al
leer la sentencia que ayer emitió el Tribunal Supremo de Justicia,
acerca del acto de juramentación presidencial, encuentro en su
mención del artículo 231 de la Constitución una notable incongruencia. Me
refiero a un error que muestra el enredo argumental de quienes quieren ser
sofistas sin poseer la suficiente preparación para redactar falacias. Sostiene
la Sala Constitucional que el presidente, por haber sido reelecto, “ya está en
posesión del cargo” para este nuevo período. Sin embargo, expresa también que
Chávez "podrá juramentarse ante el TSJ con posterioridad al 10 de enero", aunque no le otorga mucha importancia a ese acto.
Resulta que la única mención que el referido artículo 231 hace del TSJ, es,
precisamente, para indicar que el presidente debe “tomar
posesión” del cargo ante ese órgano, si no pudiere hacerlo en
la Asamblea Nacional. Esto es: si el presidente va a juramentarse ante el TSJ
“cuando cese la causa sobrevenida” (lo dice la sentencia), es porque necesita
hacer algo que no ha hecho: “tomar posesión”. Si no, ¿para qué? ¿Cómo sostiene
entonces la sentencia que el presidente ya está en posesión del
cargo?
Ni
como sofistas aciertan. Pero, claro, entendemos que no se trata de hábiles
argumentadores y por eso este comentario resulta ocioso. Se sabe que el TSJ, como
diría Borges de cierta enciclopedia china, ejerce el caos desde hace tiempo.
Acá se trata de un caos judicial orientado por una degradacion: el
vasallaje político de los "magistrados".
Así, para el Tribunal Supremo de Justicia de
Venezuela, como su inexorable lógica establece, "el presidente no está,
pero está". Y punto. Siguen el sello y las firmas que rubrican este
insulto a la inteligencia, la ética y el derecho.
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