Saturday, April 19, 2008

Paz bajo tu clara sombra


Era el 20 de abril de 1998. Recuerdo que yo estaba en Caracas desde la noche anterior y no vi ni oí noticia alguna. Me había levantado muy temprano. Mientras desayunaba cerca del hotel donde estaba alojado, Cuchi me llamó por teléfono para decírmelo: ayer murió Octavio Paz. Fue un seco disparo, sin duda, pero un disparo que esperaba desde hacía meses. Salí de la cafetería, tomé un taxi y me fui para una reunión de trabajo. Poco antes de llegar a la misma sonó de nuevo el celular. Era Teresa Casique, desde El Universal. Me dijo: "Freddy, ¿ya sabes por qué te estoy llamando?". "Claro", le respondí. Y agregué: "Esta vez sí podré escribir el artículo que me pediste sobre Paz". Me advirtió que lo necesitaba para el miércoles a más tardar. Y me comprometí con ella a entregárselo en el término de la distancia.

Llegué a Barquisimeto en horas de la tarde y encendí el televisor para ver el canal mexicano ECO, seguro de que estarían transmitiendo los actos en homenaje al gran escritor fallecido. En efecto. Entrevistas, ceremonia en el Palacio de Bellas Artes, discursos del presidente Zedillo, de Gonzalo Rojas y de Enrique Krauze, videos de viejos programas de Paz, y más y más entrevistas con escritores del mundo entero. Por la noche comencé a escribir y no me salió nada. Decidí esperar hasta el día siguiente y me pasó igual. Permanecí casi toda la mañana frente a la página en blanco, sin avanzar más allá de un párrafo que escribí y borré muchas veces. La ominosa imagen de Jack Nicholson en El Resplandor me asedió en algún momento. Y así estaba, estéril y angustiado, hasta que Cuchi se me acercó, me dio un breve masaje y me dijo: "Déjate llevar por la emoción y no trates de escribir nada brillante". Dicho y hecho. Podría decir ahora que no escribí el artículo sino que derramé palabras en la máquina. Las frases fluyeron y concluí en poco tiempo un texto que aún me satisface. Teresa y Patricia lo publicaron esa misma semana en Verbigracia. Al verlo impreso, sentí que comenzaba a pagar una deuda intelectual contraída en mi adolescencia con alguien que me había enseñado en sus libros a leer literatura. La deuda es tan grande que sé que no podré saldarla nunca, pero seguiré insistiendo, sin prisa y con deleite, aunque en el intento la hipoteca se vea incrementada.

Hoy, al cumplirse 10 años de la muerte de Octavio Paz, padre y maestro mágico, quiero recordarlo leyendo en voz alta unos versos que su hija Laura Helena Paz Garro escribió el 16 de enero de 1998 cuando ya la enfermedad de su padre ("la intrusa") se había hecho irreversible:

Quisiera ser la ranita verde y húmeda

que cantara bajo la ventana

la canción de los bosques en primavera,

su humedad,

para hacerte sentir ligero y fuerte,

nadando en un agua pura

que te llevara

a la tierra fértil

de la salud,

a la alegría de curarte;

abolir el sufrimiento de tu enfermedad

en un estanque donde floten los nenúfares

y la barca perezosa bajo el sol de Alicia;

la esperanza extrema del florecer de las rosas

un descanso profundo y líquido olvidando

todo mal.

El amor que fue tu música

verás surgir errante en tu cuarto:

una ninfa espíritu del agua,

de túnica verdosa

sacudiendo sus largos cabellos claros y mojados

sobre tu frente

y desapareciendo en la luz de la tarde.

Salta con la aparición en las profundidades del estanque

de donde surgirás joven y fuerte

unido por el agua misteriosa

a la ninfa

renovando el pacto mágico

después de haber refrescado tu corazón

y con una jarra llena del mar Mediterráneo,

que es tu patria,

¡oh padre!, volverás con tus amigos a las playas

de Grecia, a tu país,

curado y cantando tu poesía

de alas invisibles.


(...)


HELENA PAZ GARRO





4 comments:

Guy Monod said...

Octavio Paz: Aguila y Sol.

Saludos con un nudo en la garganta.

.Guy

Henry S. said...

Me encantaría leer ese artículo

Biscuter said...

¡Que buenas las visitas neonachistas!

Un abrazo a los dos.

Henry, te enviaré pronto el artículo.

Anonymous said...

Sabes en qué número vivió Vallejo en el bd. Garibaldo? He visto que has escrito sobre el tema. Te agradecería que me dijeras algo, es muy importante. Gracias.