Monet. Jardin Giverny
Se pregunta García Terrés en su diario por qué siente necesidad de llenar renglones y de anotar cosas triviales. De inmediato se responde: "En realidad me gusta escribir. Me agrada que las ideas vayan precisando su forma en el papel, que quede algo del fluir del pensamiento. Pensar -ya lo dijo Wittgenstein- es aprender. Ésta quisiera ser la crónica de algunos aprendizajes".
Retengo una frase espléndida para aludir al arte que cultivan algunos diaristas: crónica de algunos aprendizajes.
--
Escribir la lectura. Mejor dicho, procurar acercarse a la emoción de la lectura.
--
Registrar a veces la rutina, no sólo el asombro ante el paisaje, la música o el poema.
--
Dejarse llevar por nuestro ánimo (ánima, mejor) y que discurran las palabras o el silencio.
--
Es lunes. Son las siete y media de la mañana. Tomo otro diario, el de Seferis, y leo: "Me voy de Poros, como me fui en mayo del 41 de Creta: hacia lo desconocido. No sé si volveré a encontrar la gran serenidad que he sentido aquí estas últimas mañanas". Esa hermosa entrada es de un lunes. Es del 2 de diciembre de 1946.
La serenidad y el viaje a lo desconocido se quedan resonando en mi memoria.
--
Otros libros en la mesa. Abro uno y encuentro lo que busco: una caja de música al alcance de todos. Es la tercera égloga de Garcilaso. La oigo:
En el silencio sólo se escuchaba
un susurro de abejas que sonaba.
Retengo una frase espléndida para aludir al arte que cultivan algunos diaristas: crónica de algunos aprendizajes.
--
Escribir la lectura. Mejor dicho, procurar acercarse a la emoción de la lectura.
--
Registrar a veces la rutina, no sólo el asombro ante el paisaje, la música o el poema.
--
Dejarse llevar por nuestro ánimo (ánima, mejor) y que discurran las palabras o el silencio.
--
Es lunes. Son las siete y media de la mañana. Tomo otro diario, el de Seferis, y leo: "Me voy de Poros, como me fui en mayo del 41 de Creta: hacia lo desconocido. No sé si volveré a encontrar la gran serenidad que he sentido aquí estas últimas mañanas". Esa hermosa entrada es de un lunes. Es del 2 de diciembre de 1946.
La serenidad y el viaje a lo desconocido se quedan resonando en mi memoria.
--
Otros libros en la mesa. Abro uno y encuentro lo que busco: una caja de música al alcance de todos. Es la tercera égloga de Garcilaso. La oigo:
En el silencio sólo se escuchaba
un susurro de abejas que sonaba.
No comments:
Post a Comment