Un niño está en la calle en brazos de su aya. Lugar: afueras de Valladolid. La niñera le dice que vienen unos cerdos. Como el niño jamás ha visto un cerdo le pide que lo deje en el suelo cuando ya estén cerca. Una pequeña piara marcha en dirección contraria. Pasan ahora frente al niño y éste se quita la gorra y le hace con ella un solemne saludo a los cochinos. Es el primer homenaje que realiza en su vida.
Esta escena la contó Julián Marías en uno de los tomos de sus memorias. La llamó "recuerdo grotesco". Error. Es una imagen bellísima, que ahora me sirve para saludar el adiós de Julián Marías, a los 91 años de su edad. Fue hace unas horas, según leí en El País.
Que en paz descanse quien fuera un destacado integrante de la verdadera nobleza española: la de los intelectuales dignos.
2 comments:
Quiza este comentario deberia haber sido escrito en ese otro gran blog El azar concurrente. Ayer estaba yo leyendo Tu rostro mañana, ayer leia la parte en la que Javier Marias describe a un padre ficticio, que mucho tendra de su padre real. Me conmueve leer este post. Me conmueve como se sucede la vida.
Gracias por tu comentario. Por cierto, en El Azar Concurrente está colgado un post sobre Julián Marías. Cuando te conseguí anteayer en el messenger ya el post estaba hecho pero aún no lo había enviado. Sin duda, nueva concurrencia...Saludos.
Estamos saliendo con Martín y con Maito para el matrimonio de Pepe Arias.
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